sábado, 2 de noviembre de 2013

Cómo reconocer el maltrato en las relaciones de dominación/sumisión

Existen pocas cosas en las que todo el mundo esté de acuerdo en el mundo del BDSM, pero afortunadamente una de ellas es la necesidad de demarcar claramente la diferencia entre una relación BDSM sana y una relación basada en el abuso y la explotación. Para ello se ha llegado a un acuerdo basado en los parámetros de “seguro, sensato y consensual” (SSC). En líneas generales, esto quiere decir que no debe producirse lesiones físicas graves (“seguro”), que no debe haber daño ni manipulación emocional (“sensato”) y que todo lo que ocurre se realiza con el consentimiento de los participantes (“consensual”). Hay que admitir, de todas formas, que aún existe una cierta controversia sobre el significado exacto del SSC. Hay personas y parejas que quieren vivir el BDSM de forma extrema, lo que les lleva a hacer cosas que la mayoría juzgaría que rompen el SSC pero que dada la experiencia y la trayectoria personal de esas parejas pueden ser perfectamente éticas y legítimas. Sin embargo, hay otros casos en los que existe un claro abuso, maltrato y explotación. El leer varios ejemplos de esto en círculos BDSM de internet me ha llevado a escribir este artículo, que espero que sirva de punto de reflexión sobre este tema. No voy a hablar aquí de casos de violación y abuso sexual realizados con el uso descarado de la coacción y la violencia, sino de formas más sutiles de maltrato que se basan en la manipulación mental y que precisamente por eso pueden resultar más dañinas.

Creo que el maltrato dentro del mundo BDSM no es muy distinto del que se da en relaciones vainilla, y no existe evidencia de que sea más frecuente. Pero sí es verdad que por su propia naturaleza el BDSM facilita los maltratos. Primero, existen una serie de mitos y discursos sociales dentro de la cultura BDSM que dificultan el reconocimiento de la situación de maltrato. Segundo, la falta de aceptación del BDSM por la sociedad en general dificulta que las víctimas puedan denunciar el maltrato, pues para hacerlo deberán revelarse como aficionadas a estas “perversiones” y exponerse a ser doblemente victimizada por ello. Por otro lado, aunque se ha escrito mucho sobre el maltrato en la pareja, muchas de las descripciones que se hacen del maltratador invitan a pensar que las relaciones BDSM son abusivas, cuando esto está muy lejos de la realidad (como ya expliqué en este artículo Sadomasoquismo y violencia de género). Por estas razones, pienso que es muy importante abordar el tema del maltrato en el contexto exclusivo de una relación BDSM.


Con el ánimo de alertar a potenciales víctimas y de llamar la atención sobre el tema al colectivo BDSM, he confeccionado una lista de los síntomas que potencialmente pueden conducir a situaciones de abuso amparadas en un falso BDSM. Esta lista no pretende ser ni mucho menos exhaustiva y se basa en mis observaciones personales y en los comentarios que he ido leyendo por internet. Por lo tanto, debe considerarse sujeta a discusión y como un proyecto en curso. Las características no se refieren a comportamientos puntuales, sino modos de acción globales. El que una persona posea una o dos de ellas quizás no sea causa de alarma, pero varias juntas deben encender la luz roja. Me refiero al maltratador en género masculino y a la víctima en género femenino porque lo más frecuente es que el hombre maltrate a la mujer, pero eso no excluye que exista el abuso entre todo tipo de combinaciones de géneros.
  1. Considerar los límites de la sumisa como algo a superar. Una de las características esenciales del maltrato es que no se respete la consensualidad. El maltratador verá tus límites como un desafío al control absoluto que quiere ejercer sobre ti e intentará por todos medios desgastarlos o romperlos directamente.
  2. Problemas con la “palabra de seguridad”. La primera pista que suelen dar muchos maltratadores en el mundo BDSM es que objetan al uso de la palabra de seguridad. Es lógico que lo hagan, pues la palabra de seguridad es la mejor herramienta de la que dispone la sumisa para asegurarse de que se respeta su consentimiento en todo momento. Es cierto que hay parejas BDSM que no usan la palabra de seguridad, bien porque para ellos decir “¡para!” es suficiente, bien porque han evolucionado con el tiempo a una relación extrema de D/s donde la sumisa se abandona completamente en la confianza que deposita en el Dominante. La señal de peligro es cuando el Dominante se niega a que uses la palabra de seguridad al principio de una relación. Otras veces se dificulta el uso de la misma, exigiendo que se use lo menos posible, haciendo pagar un precio por su uso (decir que no eres lo suficientemente sumisa, terminar la sesión, mandarte a casa…), o respondiendo con enfados y peleas.
  3. Establecer un tipo de relación extrema para el que no está preparada la sumisa. Normalmente las relaciones BDSM progresan a través de varias etapas. Se empieza haciendo sesiones de juegos ligeros… unos pocos azotes, algo de bondage, ordenar algo que estás desando hacer de todas formas. A lo largo de meses, las sesiones se van haciendo más largas y más intensas, y algunos elementos empiezan a introducirse en la vida real. Si los dos participantes deciden evolucionar a una relación D/s de tiempo completo (también llamada 24/7), esto se va estableciendo de forma gradual, introduciendo órdenes y disciplinas una a una y explorando las consecuencias. Muchas parejas deciden no entrar en esa etapa. Muy pocas llegarán a la relación Amo/esclava, conviviendo en servidumbre total. El maltratador buscará saltarse toda esas etapas intermedias y establecer una relación D/s a tiempo completo de entrada, o incluso de Amo/esclava.
  4. Provocar sentimientos de culpa. El peor maltratador es el que usa métodos de manipulación psicológica para controlarte, y una de las formas más eficaces de hacerlo es a través del sentimiento de culpa. A veces te salen por donde menos te lo esperas. Por ejemplo, puede decirte que le has hecho mucho daño, que has herido sus sentimientos. Si, como haría cualquier persona normal, dices que lo sientes, establece una dinámica en la que continuamente tienes que expiar esa falta, además de tener que tener cuidado para no herir sus sentimientos otra vez. Eso te pone a la defensiva. Se cuestiona tu comportamiento, pero nunca el de él. Una de las acusaciones más frecuentes es que no eres suficientemente sumisa, que no te entregas completamente a él. La sumisión se convierte en una obligación, en algo que define tu valor como persona en lugar de ser una elección que haces porque te hace feliz.
  5. Hacerte romper con tu entorno social. Esta es una técnica muy usada por las sectas: se te convence de que tu familia y tus amigos no te convienen, que ellos tienen la culpa de lo mal que te ha ido hasta ahora. Tienes que romper con ellos e integrarte en el nuevo entorno social del maltratador. Con ello se te priva del referente de personas que te pueden aconsejar y se te pone en una situación de máxima vulnerabilidad psicológica.
  6. Aliarse con sus amigos para manipularte. Los maltratadores más sofisticados se arropan en un entorno de gente que piensa y hace como ellos. Confirman sus mutuas mentiras y pueden llegar a organizar elaborados esquemas de manipulación y presión psicológica. Se impone la “ley del rebaño” y nadie se atreve a romper la disciplina y la lealtad al grupo, aún enfrentados a situaciones moralmente repugnantes. También se suelen cultivar creencias y mitos colectivos (por ejemplo, la supremacía masculina) que justifican el comportamiento abusivo.
  7. Secretos. El maltratador enseguida te exigirá que guardes meticuloso secreto de todo lo que pase entre tú y él. Eso te privará de la posibilidad de buscar consejo y contrastar lo que él te hace con lo que hacen otras parejas o la comunidad BDSM. Es normal que algunas cosas queden en la privacidad del dormitorio, pero el excesivo secretismo debe ser una señal de alerta.
  8. Exageraciones y mentiras. Los maltratadores no suelen ser personas honestas, sino que viven rodeados de una espesa red de exageraciones, verdades a medias y mentiras. Eso suele tener la función de presentarlos como algo que no son en realidad. Te hará creer que es un hombre atractivo, que muchas mujeres están detrás de él, que tienes una gran suerte en que te haya elegido y que perderás muchísimo si te deja. Todo esto nace de la baja autoestima y la inseguridad que son el origen del comportamiento manipulador, que él compensa con un ego hipertrofiado que necesita ser apuntalado en todo momento.
  9. Celos. La posesividad y los celos suelen formar el núcleo central del maltrato, su fuente de origen. Si leemos cuidadosamente las noticias de esos crímenes en las parejas, siempre encontraremos que los celos juegan un papel fundamental en ellos. Los celos son una emoción normal que casi todo el mundo siente en un momento u otro de su vida. Lo que no es normal es que los celos se conviertan en una sospecha continua, en algo que influye en todas las cosas que se hacen. Una buena señal de que las cosas se están saliendo de madre son los celos retroactivos: que él no soporte la idea de que has tenido relaciones con otros hombres en tu pasado y querer hacerte admitir lo malas que fueron.
  10. Ataques y faltas de respeto a otras personas. “Si quieres saber cómo te tratará tu novio, mira cómo trata a su madre”, dice el saber popular. Si ves que él es una persona violenta y agresiva, que le falta al respeto a completos desconocidos por cualquier nimiedad, que empieza peleas de tráfico, en los bares o en los foros de internet, ¿qué te hace pensar que va a comportarse de forma distinta contigo en la intimidad? Presta especial atención a cómo trata a otras mujeres, y a cómo terminaron sus relaciones anteriores. Si además de todo eso empieza a tener explosiones de ira incontrolada cuando está contigo, es mejor que termines la relación cuanto antes.
  11. Consumo de drogas. Es sabido que el consumo de drogas es incompatible con las sesiones de BDSM, pues ésta requieren una mente clara y despejada por parte del dominante y la capacidad de procesar sensaciones y emociones de forma normal por parte de la sumisa. Sin embargo, no es raro encontrar dominantes que consumen drogas estimulantes como la cocaína y las anfetaminas para tener una experiencia más intensa y placentera. Por otra parte, la manera más fácil de abusar de una sumisa es inducirla a tomar drogas que disminuyen su capacidad crítica y debilitan su voluntad.
  12. Tomar control de detalles esenciales de tu vida: dinero, trabajo, vivienda, etc. Lo pueden hacer bajo el pretexto de hacerte un favor, de ayudarte a manejar tus finanzas y a encauzar tu vida. Algunas sumisas entran en la relación en una situación de debilidad económica. El peligro es claro: una vez que el maltratador controle alguno de estos aspectos esenciales de tu vida, escapar de la relación se volverá enormemente difícil. Requerirá ayuda externa, y si él también ha conseguido que rompas con tu entorno social, se volverá prácticamente imposible.
¿Qué hacer cuando se detectan estos síntomas? Si la relación está empezando y las señales son claras, lo mejor es cortarla lo antes posible. Sin embargo, el romper no es siempre la mejor opción y hay relaciones que merecen la pena ser rescatadas. En ese caso mi consejo sería limitar drásticamente la relación D/s hasta que puedan establecerse parámetros más seguros: cambiar la sumisión a tiempo completo (24/7) por juego en sesiones; establecer límites claros y una palabra de seguridad; que la sumisa retome el control sobre su vida y sus relaciones; que el Dominante analice su actitud y sus motivos, etc. Si es posible, es bueno integrarse en una comunidad BDSM, participando en reuniones y buscando amistades que entiendan la dinámica D/s y puedan prestar consejo. No hay que ver las cosas en términos de blanco y negro, bueno y malo. Sí, hay maltratadores que no van a ser reformados fácilmente. Pero también hay hombres confundidos, ignorantes, con actitudes emocionales malsanas, o que han asumido mitos sin darse cuenta de las consecuencias que tienen. Estos últimos se alegrarán a la larga de ser educados en cómo practicar el BDSM de forma segura, sensata y consensual.

Referencias:

Jozifkova E (2013) Consensual sadomasochistic sex (BDSM): the roots, the risks, and the distinctions between BDSM and violence. Curr Psychiatry Rep 15:392.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23933978
http://download.springer.com/static/pdf/581/art%253A10.1007%252Fs11920-013-0392-1.pdf?auth66=1395426681_0faec7450aa5a553251808bf04e8a055&ext=.pdf

23 comentarios:

  1. Está muy bien argumentado, aunque la frontera entre relación destructiva-maltrato a veces se difuminen, tienen en común que hay que salir corriendo de ellas. Yo en mis clases suelo decir a mis alumnas "tenéis que aprender a distinguir entre dolor placentero porque el grupo muscular está trabajando y el dolor-alarma que avisa de que algo va mal y hay que parar" Trasladado al BDSM es igual. Si una mujer se hace una autorradiografia y descubre q se siente mas plena, mas feliz, con la autoestima mas alta, y sacando lo mejor de si misma, esa relación es sana. Si ella está apagada, con miedo constante, sin ganas de hacer cosas que antes le satisfacían y con todos sus proyectos aparcados....CORRE!

    ResponderEliminar
  2. Supongo que la diferencia entre una relación destructiva y el maltrato está en la intención de la parte dominante, lo que es difícil de evaluar. Quizás lo fundamental es que si la intención es buena queda la esperanza de que los problemas se puedan corregir. Creo que es importante señalar estas cosas, pues muchos de los artículos sobre maltrato presentan la situación en blanco y negro, y al presunto maltratador como es un ser despreciable, sin esperanza de redención. En la vida real las cosas no están tan claras. Hay malentendidos, incompatibilidades, cosas que se hacen mal porque no se comprenden... Y, por supuesto, malas intenciones genuinas.

    ResponderEliminar
  3. Muy buen artículo Hermes, aunque discrepo en la opinión de que hay algunas relaciones que se puedan salvar.... Si hay maltrato no hay nada que salvar, sólo la persona que lo sufre. El maltratador tiene perfil propio, sus características son comunes a todos ellos. Siento no poder creer que puedan reformarse... y desde luego, no creo que ninguna sumisa deba arriesgar su bienestar físico y mental con la esperanza que eso suceda.

    Creo que en este tema no hay matices, o es blanco o es negro, o existe maltrato o no lo hay. No creo que un Dominante que carece de habilidades adecuadas para llevar a cabo su relación pueda ser etiquetado como maltratador, sino más bien inexperto.

    La diferencia es muy clara, el maltratador jamás llenará nada sin haber causado un daño previo. No te hace sentir plena, te anula, te hace sentir miedo y genera tantas confusiones en ti misma que no te deja ni un ápice de seguridad para moverte hacia ningún lado.

    Muy buenas las señales de alarma que expones Hermes, Dentro del BDSM algo muy frecuente también es que impidan a sus sumisas hablar con otros Dom o sumis, con la excusa de que cuando se pertenece a alguien ya no se debe interactuar con nadie.

    Besos Hermes

    ResponderEliminar
  4. xana, creo que los absolutismos no son buenos, y menos cuando se refieren a relaciones entre personas. Yo no osaría fijar criterios rígidos sobre cuando se debe romper una relación o continuarla. Por supuesto, existe el maltratador puro y duro del que hay que huir como de la peste. Pero también existen casos en los que el maltrato se da por inexperiencia, error o malentendido. Ten en cuenta que lo que es maltrato para una sumisa puede ser algo deseable para otra. De hecho, creo que en el mundo BDSM muchos abusos se originan en creencias y mitos equivocados. Cuando esto ocurre, cabe la posibilidad de que el Dominante se de cuenta del daño que hacen estos mitos y los abandone, terminando así la situación de maltrato. En esto es algo en lo que el BDSM se diferencia del mundo vainilla, donde el maltrato suele surgir de una personalidad dañada o de puras malas intenciones. En todo caso, espero que esta lista sirva para señalar conductas inaceptables y claras señales de alarma.

    Besos

    ResponderEliminar
  5. Me ha encantado, Hermes. Sensato y organizado.

    ResponderEliminar
  6. Dices que para evitar el maltrato "se ha llegado a un acuerdo basado en los parámetros de “seguro, sensato y consensual” (SSC). En líneas generales, esto quiere decir que no debe producirse lesiones físicas graves (“seguro”), que no debe haber daño ni manipulación emocional (“sensato”) y que todo lo que ocurre se realiza con el consentimiento de los participantes (“consensual”).

    El problema es que en el BDSM precisamente se utilizan técnicas de manipulación y entrenamientos para saltarse, directamente los límites. Nadie lo dice de esta forma tan directa pero

    ¿Qué es un contrato que te pide dedicación 24/7 a expesas de los deseos de un Amo sino manipulación?

    He visto infinidad de relatos de los que se deduce que existen constante prácticas de abuso y manipulación en el BDSM.

    P.ej:
    Un matrimonio en el que la esclava es la mujer y el hombre la tiene totalmente dominada hasta el punto de que no la deja salir, no la deja comer en la misma mesa con sus hijos, etc, etc..

    O esos amos que se dedican a "iniciar", previo "sometimiento de la mente de la sumisa" ¿Como llamas a esto?

    El BDSM no se diferencia en absoluto del mundo vainilla puesto que "todos somos humanos". Es más el perfir de Dominante del mundo BDSM es "campar a tus anchas bajo la premisa del "supuesto consenso". Un ámbito donde nadie critica el abuso, donde se defiende el dolor, la humillación, la violación, el emputecimiento...

    El BDSM es un contexto en el que se da constantemente el maltrato, puesto que nadie se molesta en diferenciar "autentico consenso" o "consenso manipulado".

    Otra de las "putadas" es que se en BDSM el "maltrato se focaliza en un "individuo dañado" para evitar salpicar la práctica en sí se hace culpable al individuo.

    Desde el momento en que una persona "disfruta con el dolor y la dominación de otra persona" existe un gran peligro por dañar puesto que este tipo de personas buscan la propia satisfacción y poder practicar el tipo de sexo que desean, ante todo.

    Es más el 24/7 o "Control Total" ya es maltrato. ¿Por qué¿ porque en el 24/7 se eliminan los límites y se deja el poder y el control total de la vida de una persona en manos de otra ya no solo en el aspecto sexual sino, en todos los aspectos de la vida. El objetivo es la "deshumanización" (control total de la voluntad). Esto es maltrato por definicición. Puesto que la esclavitud es maltrato. Aqui ya no vale "el consenso", es decir, en este tipo de relación no existe consenso puesto que no existe "voluntad por parte del esclavo o la esclava".

    El SSC, es una falacia puesto que no tiene ninguna base objetiva, escrita y documentada.

    Por otro lado el 99,9% de las prácticas BDSM están basadas en técnicas "condicionamiento" de psicología y todas se utilizan para "moldear el comportamiento".

    ResponderEliminar
  7. No sé cuáles son tus fuentes, pero casi todo lo que dices contradice lo mucho que se ha escrito sobre prácticas BDSM y lo que se puede leer en foros de internet sobre esta materia tanto en español (Sométeme.com) como en inglés (FetLife.com). Te aclaro algunos de los puntos que tocas…

    “El problema es que en el BDSM precisamente se utilizan técnicas de manipulación y entrenamientos para saltarse, directamente los límites. Nadie lo dice de esta forma tan directa pero ¿Qué es un contrato que te pide dedicación 24/7 a expesas de los deseos de un Amo sino manipulación?”

    Lo primero, aclararte que si tu fuente de información son las infames “50 Sombras de Grey”, ese libro no tiene nada que ver con la realidad de la práctica del BDSM. Su autora no practica el BDSM ni se ha molestado en informarse sobre esa materia… Lo digo por lo de los “contratos”, que es algo que aparece en ese libro pero que no es muy frecuente en el BDSM. El 24/7, como explico en mi artículo, sólo lo practican parejas con mucha experiencia. Lo normal es practicar el BDSM en sesiones una o dos horas. Pero incluso en el 24/7 existen límites establecidos por la sumisa y acordados en una negociación previa. Saltarse los límites, sea de manera directa, sea por manipulación, es cruzar la frontera entre el BDSM y el maltrato.

    “He visto infinidad de relatos de los que se deduce…”

    Una cosa es lo que se lee en las novelas y otra muy distinta es lo que ocurre en la realidad. ¿A cuántas parejas conoces que practican el BDSM?

    ResponderEliminar
  8. Sigo...

    “El BDSM no se diferencia en absoluto del mundo vainilla puesto que "todos somos humanos". Es más el perfir de Dominante del mundo BDSM es "campar a tus anchas bajo la premisa del "supuesto consenso".”

    Al contrario, la cultura BDSM enfatiza en consenso con mecanismos como la palabra de seguridad. Las sumisas rechazan de plano una relación donde no se respeten sus límites. ¿Por qué iban a aceptar una cosa así?

    “Un ámbito donde nadie critica el abuso, donde se defiende el dolor, la humillación, la violación, el emputecimiento...”

    Precisamente mi artículo te viene a demostrar que sí se critica el abuso en el ámbito BDSM. Este artículo también ha sido publicado en el blog “BDSMAlicante” y en el foro Sométeme, donde se ha discutido ampliamente. Y existen muchos artículos parecidos por toda la web. El dolor es parte del BDSM, por supuesto, como también lo son ciertas formas de humillación… En eso consiste precisamente el sadomasoquismo. Pero eso no significa que sea malo. En cuanto a la violación, hay veces que se realizan violaciones FINJIDAS, si eso forma parte de las fantasías eróticas de la mujer. Lo del “emputecimiento” no sé lo que es.

    “El BDSM es un contexto en el que se da constantemente el maltrato, puesto que nadie se molesta en diferenciar "autentico consenso" o "consenso manipulado".”

    Una vez más, mi propio artículo demuestra la falsedad de lo que dices, pues en él discuto formas de manipulación que pueden romper el consenso. Y hay muchos otros artículos que hacen lo mismo. De hecho, el SSC se inventó hace 30 años y desde entonces no ha dejado de hablarse sobre ello.

    “Desde el momento en que una persona "disfruta con el dolor y la dominación de otra persona" existe un gran peligro por dañar puesto que este tipo de personas buscan la propia satisfacción y poder practicar el tipo de sexo que desean, ante todo.”

    Tampoco es cierto. En el BDSM se busca tanto la satisfacción del Dominante como de la sumisa. De hecho, como las sumisas pueden elegir entre una amplia oferta de Dominantes, se suelen tener más en cuenta sus deseos que los del Dominante.

    “Es más el 24/7 o "Control Total" ya es maltrato. ¿Por qué¿ porque en el 24/7 se eliminan los límites y se deja el poder y el control total de la vida de una persona en manos de otra ya no solo en el aspecto sexual sino, en todos los aspectos de la vida.”

    Completamente falso. El 24/7 no hace más que extender la duración de la experiencia BDSM, pero eso no significa que no haya límites, ni que la sumisa otorgue el control total de su vida al Dominante.

    “El SSC, es una falacia puesto que no tiene ninguna base objetiva, escrita y documentada.”

    Eso es demostrablemente falso, ya que existe un gran número de libros que explican las prácticas BDSM haciendo hincapié en el SSC. Por ejemplo, “SM 101” de Jay Wiseman o “Ties that bind” de Guy Baldwin. O, en forma de ficción, mi propia novela “Voy a romperte en pedacitos”, donde doy ejemplos tanto de BDSM consensual como de maltrato para que se vea bien la diferencia.

    “Por otro lado el 99,9% de las prácticas BDSM están basadas en técnicas "condicionamiento" de psicología y todas se utilizan para "moldear el comportamiento".”

    ¿De dónde te has sacado tú eso? Para empezar, la mayoría de los Dominantes no tiene ni idea de psicología ni de técnicas de “condicionamiento”. Si te interesa el BDSM, por favor, infórmate bien antes de ponerte a juzgar lo que hace la gente.

    ResponderEliminar
  9. Buenas.

    Primero de todo, como ya han dicho, no hay nada que cuestionar ante la posibilidad de que la otra persona sea un maltratador. No hay maltrato por error o por inexperiencia. Si llegamos al punto de un maltrato emocional y psicológico (es el tema que nos ocupa, ¿no?) no existe el maltrato por error o por inexperiencia. Creo que el maltrato, para poder catalogarlo así, supone que exista una intención y una consciencia.

    En segundo lugar, como bien has señalado, la diferencia entre el maltrato en el mundo BDSM y en el mundo vainilla es simplemente que en el BDSM es muy fácil camuflarlo. Lo que me gusta a mí no tiene porqué gustarte a ti. Esto hace que, especialmente la parte sumisa, tengamos que tener siempre mucha precaución.

    La norma del SSC está muy bien, pero es demasiado ambigua porque no establece límites. Y es que... como bien dices, es imposible establecer límites cuando hablamos de relaciones entre personas. Yo, al final, lo reduzco todo en dos cualidades: "sentido común" y "comunicación".

    Y, precisamente, creo que "Falta de comunicación" es uno de los indicadores que te faltan por incluir. Es muy importante que la parte Dominante te deje hablar, te deje comunicar cosas importantes, etc. Que el juego de "cuando se te requiera" para un rato está muy bien pero de manera permanente es peligroso. Si acaso la relación es tan intensa que ambos pactan ese "juego", el Dominante tiene que procurar establecer momentos de diálogo y de comunicación "de igual a igual" o "roles fuera".

    Y, otro, que se puede intuir en el artículo pero no le das la importancia que, en mi opinión, se merece es "Incapacidad para decir NO", ya sea por imposición o porque la parte sumisa siente que no puede hacerlo. Y, también puede intuirse por ahí, pero ante cualquier frase del tipo de "El Dominante nunca se equivoca"... yo llevaría cuidado también.

    Por último, otro factor, éste mucho más difícil de identificar, sería ansiedad o bloqueo emocional por parte de la sumisa. (Evidentemente, puede haber un bloqueo puntual, se habla, se soluciona y punto).

    Saludos.

    ResponderEliminar
  10. lau, muchas gracias por este comentario tan interesante y tan bien escrito. En particular, lo que señalas sobre la falta de comunicación es muy importante. Como bien dices, muchas veces el Dominante no le permite a la sumisa expresarse, o ve mal que ella exprese sus sentimientos y sus necesidades. También se oye mucho decir eso de que "el mejor (peor?) castigo para una sumisa es que el Dominante la ignore". Esas tácticas suelen ser un desastre. Aumentan los problemas porque al no haber comunicación, no se resuelven. Yo aconsejo lo contrario: después de cada sesión debe haber un tiempo de procesamiento en el que los dos puedan expresar lo que han sentido, lo bueno y lo malo. Esa es la mejor manera que tiene un Dominante para aprender, porque cada sumisa es un mundo. Y si hay problemas en la relación, hay que dejar a un lado los roles y hablarlos de igual a igual.

    En cuanto a si existe el maltrato por error o inexperiencia, mi perspectiva es la de preguntarme siempre: ¿y si le estuviera haciendo daño? ¿puede algo de lo que estoy haciendo ser maltrato? Creo que son dudas saludables, pues en el BDSM jugamos a veces con fuego y hay que tener mucho cuidado para que nadie se queme. Creo que lo que hace al maltratador es precisamente la incapacidad de dudar de sí mismo, de plantearse estas preguntas. Van a lo suyo, caiga quien caiga. Se creen que ser Dominantes es no poder equivocarse. Y claro, luego pasa lo que pasa.

    ResponderEliminar
  11. Llevo 12 años en el mundo del sm como sumiso y me he encontrado de todo.

    Los relatos, ya sean eróticos o novelas, muchas veces son solo fantasías que no tienen por que darse en la realidad. Muchos soñamos con volar, ahora bien si te dijeran puedes volar te atreverías a saltar?

    Un dominante me dijo una vez cuando yo era novato y me asustaba un poco el quedar con otro para practicar sm, en una relación de este tipo quien realmente manda no es el amo si no el sumiso ya que solo el decide lo que se hace y lo que no. Si alguna vez te ponen alguna pega a algún límite evita a esa persona ya que el juego puede dejar de serlo.

    ResponderEliminar
  12. Precisamente en los relatos eróticos es donde podemos dejar volar la imaginación y fantasear con cosas que no suelen suceder en la realidad. También se da licencia para que ocurran cosas que no son consensuales, sensatas o seguras. Si en una novela puede haber asesinatos, ¿por qué no secuestros y castigos reales? Claro que el autor debe dejar en claro lo que considera ético y lo que no lo es, pero los parámetros son completamente distintos en la fantasía de un relato y en la realidad.

    ResponderEliminar
  13. Hola Soy Nueva en el BDSM apenas tengo dos semanas con mi Amo, les quiero agradecer este artículo porque me permite ver las cosas desde otra perspectiva, gracias.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  14. Me alegra que mi artículo te haya servido de ayuda. Mi consejo es que vayas despacio, a tu ritmo, sin dejar que nadie te presione para hacer cosas para las que no estás preparadas. Presta atención al punto 3 de mi lista. Con dos semanas deberías practicar la sumisión por sesiones, no a tiempo completo (24/7). Muchas veces es difícil darse cuenta de cómo el BDSM te cambia por dentro.

    ResponderEliminar
  15. Hermes. Gracias por estos consejos. Siempre sabes encontrar las palabras justas
    Quiero dejar una pregunta en el aire para quien quiera responderla, y que quizás os pueda parecer absurda: cómo reconocer a tu Dominante? Qué te hace decidir por una persona o por otra para entregarte?
    Porque yo no lo veo como en una relación vainilla en que la atracción y la seducción se dan la mano ...

    ResponderEliminar
  16. Bueno, ¿existe realmente "tu" Dominante? ¿O sólo Dominantes cuyos gustos y fantasías se amoldan más o menos a los tuyos? Y, si tienes poca experiencia en esto, ¿cómo sabes realmente cuáles son tus gustos? Tal vez cosas que no has probado aún te gusten más de lo que piensas. Y esas fantasías de servicio y sumisión que tanto te gustan ahora quizás se vuelvan aburridas después de un par de sesiones. Hay que tener cuidado con el mito del "Dominante Príncipe Azul", el Christian Grey multimillonario que satisface todas tus fantasías y te soluciona la vida de un plumazo. A una sumisa novata, yo le aconsejaría que pruebe varios Doms, que adquiera una cierta experiencia haciendo sesiones de distintos tipos. Y que se vaya haciendo a la idea de que los Doms son hombres como todos. No son omniscientes, ni hechos a la medida de nadie. Como todo el mundo, aciertan algunas veces y otras no. Tienen días buenos y tienen días malos.

    ResponderEliminar
  17. Mi consejo: pasad de esta mierda, ni dominantes ni pollas en vinagre, si quieren follar, que paguen a una puta, no hagais caso de estos mierdas

    ResponderEliminar
  18. A Anónimo: Me encanta la profundidad de tu razonamiento. Se ve que eres una persona de entendimiento agudo, que sabe pronunciar sus razonamientos paso a paso, arrastrándonos a una conclusión ineluctable. ¡Ah! Y se me olvidaba alabar tu espíritu de tolerancia.

    ResponderEliminar
  19. Como sumisa es muy difícil a veces establecer qué tipo de intenciones tiene el Dom. Además eso es lo que establece la diferencia entre dominación y manipulación, que para mí no son lo mismo.
    Soy una mujer con las cosas claras, inteligente y capaz de discernir entre quién es un Dom y quién es un receptor de entrega o un manipulador, pero hay gente tan psicopática, que me la dieron con queso.
    Cuento mi experiencia: al acabar una relación D/s que también fue relación de pareja que duró más de un año, el "Dom" tuvo a bien (nótese la ironía) decirme que lo que había apreciado de mí era que, debido a mi carácter servil, podía hacerme lo que le diese la gana. Para mí eso no es un Dom, es un receptor de entrega, una persona manipuladora que ve en ti no alguien a quien apreciar y cuidar pues a través de ti consigue saciar unas necesidades físicas y psicológicas que tiene (al igual que tú lo consigues a través de él), sino un objeto (sí, te objetualizan) del que aprovecharse, debido a que sientes algo por él. Muy triste, la verdad.
    Por eso hay que dejarse de relatos que mitifican a los Doms y, sobre todo al principio, estar muy atent@s para discernir si lo que nos venden con palabras realmente se ajusta a la realidad y que no nos tratan de manipular, que respetan nuestros límites y que no damos con psicópatas, que desgraciadamente (Doms, sumis@s o no) hay muchos en este mundo.
    Con esto no digo que todos los Doms sean seres manipuladores y psicopáticos, ya que actualmente tengo Amo y estoy contenta por el respeto y la admiración con la que me se trata, pese a que durante las sesiones me veje y me use, ya que es algo de lo que disfruto y que me hace más libre.
    A los Doms (a los de verdad, no a los kinsters, que son los morbosos que buscan solo sexo duro) les diría que traten con deferencia a l@s sumis@s que hayan pasado por una situación como la que he relatado anteriormente, pues la verdad es que volver a depositar tu confianza en alguien y darte de verdad es algo que cuesta muchísimo. Solo hace falta paciencia y buena praxis por parte del Dom.
    Un saludo a tod@s.

    ResponderEliminar
  20. Gracias por contarnos tu experiencia.

    El caso es que podemos engañarnos de muchas formas. Podemos inventar disculpa tras disculpa para la persona que abusa de nosotros con tal de no terminar la relación. Pero también puede suceder que después de una ruptura dolorosa nos pongamos a culpar a la otra persona. Y más si se va diciendo cosas para herirnos. No olvidemos que la manipulación emocional ("mind-fucking") puede ser una práctica legítima en el BDSM, como también puede serlo el tratarte como un objeto. ¿Entonces, qué parámetros separan el abuso de lo que no lo es? Nos dicen eso de "seguro, cuerdo y consentido", pero eso puede ser muy relativo. Por eso creo que debemos esforzarnos por analizar con cuidado este tipo de situaciones.

    ResponderEliminar
  21. En este otro artículo enfoco el problema del maltrato en la pareja desde otra perspectiva...
    http://sexocienciaespiritu.blogspot.com/2015/12/asi-maltratamos-nuestra-pareja.html

    ResponderEliminar
  22. Gracias. He ordenado lo que he vivido y me alegra ver que lo he detectado y he avisado a la otra persona. El Dominante ha hecho oídos sordos a aquello que he señalado y no ha posibilitado un espacio de conversación. Entonces, me quedo muy tranquila al hacer esta última acción: proporcionarle el enlace a tu artículo y señalar qué puntos son aquellos que yo he vivido con él. Por aquello de ofrecer una posibilidad final, si no se abre un espacio de conversación humana, irse.

    Más gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si no te importa contárnoslo, me gustaría sabe en cuáles de los puntos que enumero en el artículo falló tu Dominante. Por suspuesto, el negarse a la comunicación ya es un fallo mayúsculo de por sí. Cuando se niegan a hablar es que la relación no tiene posibilidad de rescate.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.