lunes, 13 de abril de 2020

Once posiciones para un spanking

Dar una azotaina es bastante fácil, pero dar una azotaina que sea buena de verdad, que no sólo te pone el culo rojo sino que se te sube a la cabeza, eso ya requiere un poco de técnica. Entre otras cosas, es bueno saber las diferentes posiciones en la que se puede dar un spanking, cuándo usarlas, y los efectos que tienen tanto en el cuerpo como en la mente.

Ya que por ahora no existen términos parecidos en español, usaré los términos en inglés que mucha gente maneja: spanker es quien da los azotes y spankee quien los recibe. Spanking se traduce al español como azotaina, así que usaré estos términos como sinónimos. Por supuesto, spanker y spankee pueden ser de cualquier género, en cualquier combinación de géneros. Sin embargo, para no complicar las cosas, usaré el género masculino para el spanker y el femenino para la spankee.

El placer del spanking. Dibujo de pattydraws (Fetlife).
Varias cosas contribuyen a una buena azotaina. La más obvia son las sensaciones de placer y dolor. Algunas spankees no toleran el dolor pero aprecian la picazón suave y el calor de los azotes ligeros. Para otras una buena dosis de dolor es importante. Algunas posiciones permiten al spanker mover mejor el brazo y alcanzar mejor el “punto dulce”: la zona del culo en la que cae el peso cuando te sientas. Otra sensación importante es el contacto físico entre los participantes. Algunas posturas estimulan los genitales, llevando a una azotaina que es muy sexual. Sin embargo, hay quien preferirá una experiencia menos íntima.

Otros ingredientes de una buena azotaina son mentales. El spanker aprecia una buena vista del culo de la spankee y cómo cambia de color a medida que progresa el spanking. Y la spankee tiene una imagen mental de su aspecto mientras que la azotan. El ver expuestos su trasero y su sexo produce una vergüenza erótica que una parte importante de la experiencia. Esto también crea una sensación de vulnerabilidad, que puede ser incrementada en posturas que limitan sus movimientos. Algunas personas consideran el spanking como un castigo, que disfrutan de forma irónica por tener un fetiche de castigo. En ese caso, la vulnerabilidad y la restricción del movimiento aumenta la sensación de sometimiento.

Una última cosa a considerar es la comodidad: un spanking debe doler de forma erótica, pero no por hacer daño en la espalda o las articulaciones. Algunas posiciones no pueden ser mantenidas durante mucho rato, mientras que otras invitan al relax y facilitan concentrarse en las sensaciones y las emociones. Cuando el spanking es un castigo, puede darse en posturas deliberadamente incómodas que se le ordena adoptar a la spankee. No voy a describirlas aquí porque este artículo se centra en spankings que se dan fuera de una estricta disciplina de dominación/sumisión. Tampoco voy a incluir posiciones que incluyen bondage. La comodidad del spanker también es importante. Los movimientos repetitivos y los impactos reverberan en su cuerpo y pueden producir daños que quizás no note hasta horas o días después del spanking, como tendinitis en los brazos o dolores en las lumbares. Es mejor que el spanker tenga soporte para la espalda o pueda moverse libremente sin estar atrapado bajo el peso de la spankee.

He aquí una lista de once posiciones para un spanking y cómo afectan a las sensaciones, la vergüenza, la vulnerabilidad y la comodidad.

1. De pie

Aquí no hay postura: el spanker se aproxima a la spankee por detrás y le pega en el culo. Se usa para azotainas improvisadas y cortas que sirven como advertencia, lo que es a menudo necesario en una relación de disciplina doméstica o de dominación/sumisión. A muchas no les gusta nada que las sorprendan con un azote, así que esto hay que negociarlo por anticipado. Si es consensuado, la sorpresa crea vulnerabilidad y vergüenza, sobre todo si hay otras personas delante. El dolor también es mayor cuando te pilla desprevenida. Para azotainas más largas, estar de pie no es cómodo ni para el spanker ni para la spankee.
Spanking bajo el brazo. Fuente: Erotic Art A-2-Z.

2. Bajo el brazo

Estando los dos de pie, el spanker hace que la spankee se gire y se doble por la cintura, poniéndole el brazo izquierdo alrededor de las caderas y el vientre. Un spanker experimentado puede hacer esto rápidamente para crear un efecto sorpresa. Es incluso mejor si el spanker es fuerte y la spankee ligera de peso, porque así puede levantarla completamente del suelo. La vulnerabilidad es alta cuando la spankee puede sentir el poder físico del spanker. Sin embargo, todo esto pone mucha presión en las lumbares del spanker, por lo que esta postura no es buena para spankings largos. Puede servir para empezar un spanking y luego cambiar a otra postura.

3. Doblada sobre un mueble

Spanking sobre uma mesa. Pattydraws (FetLife).
Se dobla a la spankee sobre un escritorio, una mesa o el respaldo de un sillón. Alternativamente, se hace que se arrodille sobre el borde de la cama, una silla o sobre el asiento de un sillón. En locales BDSM hay incluso bancos de spanking diseñados específicamente para esta postura. El spanker puede presionar sobre la espalda de la spankee con la mano para inmovilizarla. Si el mueble es lo suficientemente alto (por ejemplo, el respaldo de un sillón alto o una tarima) la spankee perderá el contacto de sus pies con el suelo, aumentando su vulnerabilidad. Estar doblada sobre un mueble es bastante humillante. En esta postura el spanker tiene mucho espacio para mover el brazo y puede poner su peso en cada golpe, así que la azotaina puede ser muy vigorosa. Dependiendo del mueble, la postura puede ser bastante cómoda para la spankee, pero sillones con el respaldo duro y estrecho pueden hacer daño en el vientre y las caderas. La mayor pega de esta postura es que apenas hay contacto físico, lo que crea distancia emocional.

4. Sobre el regazo

Ésta es la postura de spanking más clásica. El spanker se sienta en una silla o en el borde de la cama y pone a la spankee bocabajo sobre su regazo. A veces se la llama “sobre las rodillas”, pero en  realidad la spankee está sobre los muslos del spanker y en contacto con su vientre. Normalmente, tanto las manos como los pies se apoyan en el suelo, pero si se empuja a la spankee hacia adelante su pies perderán el contacto con el suelo, aumentando su vulnerabilidad. Las mejores cosas de esta postura es son efecto psicológico, por la imagen mental que crea el tener el culo en pompa, y el contacto con el cuerpo del spanker. A menudo la spankee puede sentir su erección. Sus principales pegas es que si la spankee es grande con relación al spanker, puede haber una tendencia a rodar y caerse de su regazo, lo que puede resultar incómodo para los dos. Otro pequeño problema es que el spanker encuentra más fácil azotar la nalga más alejada de su regazo, con lo que el spanking puede resultar un poco desigual.

5. Cerrojo de piernas

Cerrojo de piernas. Fuente.
Ésta es una variante de la postura sobre el regazo en la que la spankee se apoya sólo sobre uno de los muslos del spanker, quien usa su otro muslo para atrapar las piernas de la spankee. Si se le sujeta una de las manos tras la espalda, la tendremos completamente inmovilizada. La cabeza de la spankee bajará hasta el suelo, mientras que su culo queda en alto y bien en pompa. Como su caderas forman un ángulo más agudo, la zona sensible entre las nalgas y los muslos queda estirada y expuesta a los azotes. Todo ello hace que esta sea una postura muy humillante y de máxima vulnerabilidad. Su mayor problema es la falta de comodidad tanto para la spankee, que sufre presión sobre el vientre y tiene la cara en el suelo, como para el spanker, porque pone tensión en sus lumbares. Por lo tanto, no es aconsejable para spankings largos.

6. A caballo sobre una pierna

Variante de la postura a caballo sobre una pierna.
Erotic Art A-2-Z.
Ésta es otra variante de la postura sobre el regazo que por alguna razón es muy popular en los que practican la disciplina doméstica. El spanker se sienta en un sillón o al borde de la cama, y la spankee se coloca a caballo sobre uno de sus muslos (el izquierdo si él es diestro, el derecho si es zurdo). Entonces la spankee se inclina hacia adelante y el spanker la sujeta con el brazo de forma similar a la postura bajo el brazo. Para completar la inmovilización de la spankee, el spanker puede colocar su pierna derecha tras la pierna izquierda de la spankee para que ella no pueda levantarla, de forma parecida al cerrojo de piernas. La postura puede resultar más cómoda en un sillón, pues así el spanker tiene soporte para su espalda y la spankee puede apoyar la cabeza y los brazos en el respaldo. La posición del culo facilita que las dos nalgas puedan ser golpeadas igualmente. La raja del culo queda abierta y el ano expuesto. El mayor atractivo de esta postura es que pone presión sobre los genitales de la spankee. Si se debate, o simplemente como resultado de las oleadas que generan los azotes, se estimula el clítoris creando un spanking exquisitamente sexual. Por lo tanto, es una buena posición para hacer que una mujer se corra durante una azotaina. La mezcla de dolor y placer crean un estado mental único donde se puede alcanzar un máximo de humillación y vulnerabilidad. Los azotes administrados inmediatamente después del orgasmo son un castigo de lo más eficaz, pues la spankee tiene su mente sensible y receptiva, y se ve frustrada al no poder relajarse tras el placer.

7. Sobre las rodillas

Una manera de hacer más cómoda la posición “sobre el regazo” es que el spanker se siente sobre la cama con las piernas extendidas y su espalda apoyada en la cabecera de la cama. La spankee se tiende bocabajo sobre sus muslos y rodillas, algo más alejada de su vientre. De esta manera el spanker puede alcanzar las dos nalgas con igual fuerza. Otra ventaja es que la spankee descansa todo su peso sobre la cama, lo que resulta más estable y relajado. Si se desea que el culo se ponga más en pompa, el spanker puede cruzar las piernas para poner más volumen bajo el vientre de la spankee. Al ser cómoda y requerir poco esfuerzo, ésta es la posición ideal para spankings largos. Otra ventaja es que hay buen contacto con el cuerpo del spanker. Sin embargo, esta postura no siempre es cómoda para la spankee, ya que tiene que girar la cabeza hacia un lado para respirar. Esto puede acarrear dolores de cuello. Una solución sería sacar la cabeza por el borde de la cama mirando al suelo. Esta posición es menos humillante que otras y evoca una vulnerabilidad moderada. No hay restricción de movimiento: si la spankee decide debatirse, el spanker podrá hacer poco para impedirlo. Un truco para restringir el movimiento es sujetar una o las dos manos de la spankee sobre la parte baja de su espalda.

8. Tijera de piernas

Betty Page en una variante de la tijera de piernas
Ésta es una postura poco conocida que puede resultar muy íntima ya que la spankee tiene expuestos el ano y la vulva al mismo tiempo que el spanker puede verle la cara. Debe hacerse sobre una superficie plana como la cama o el suelo. El spanker se sienta con la piernas extendidas y entreabiertas. La spankee se tiende a su lado izquierdo (derecho si es zurdo) poniéndose medio a caballo sobre su muslo izquierdo de él y entre sus piernas. El spanker entonces pone su pierna izquierda sobre el muslo derecho de la spankee, atrapándolo contra la cama. Es decir, la pierna izquierda del spanker está entre las piernas de la spankee, y la pierna izquierda de ella entre las piernas de él. La spankee tiende a girarse hasta quedar sobre su costado derecho, con lo que el spanker puede verle la cara. La pierna izquierda del spanker fuerza a la spankee a mantener las piernas separadas y puede moverse hasta presionar contra su entrepierna. Conseguiremos así los mismos efectos de abrir la raja del culo y presionar el clítoris que se consigue con la postura de a caballo sobre la pierna. Sin embargo, la presión sobre el clítoris es más sutil y es controlada por el spanker y no la spankee. Y el spanker puede mirarla a la cara para ver los efectos de lo que le hace. Por lo tanto, ésta es la postura en la que se consigue un buen contacto corporal y comunicación. Al ser muy sexual y expuesta, proporciona vulnerabilidad. La postura es muy cómoda para la spankee.

9. Sentado sobre la espalda de la spankee

Una variante de sentarse sobre la espalda que pone
menos peso sobre las lumbares. Erotic Art A-2-Z.
El spanking lucha libre (wrestling spanking) es un juego en el que la spankee no se somete al spanking de buenas a primeras, sino que debe ser subyugada a la fuerza y luego inmovilizada por el spanker. En una variante no hay roles predeterminados, sino que los contendientes luchan y el ganador la da una azotaina al perdedor. En cualquiera de los casos, la spankee deberá de ser inmovilizada eficazmente durante todo el spanking, o se escapará y habrá que volver a empezar. La mejor manera de conseguir esto es poner a la spankee bocabajo y luego sentarse sobre su espalda. Sabiendo que su culo es el objetivo, la spankee se sentará y se negará a moverse. Para ponerla bocabajo se le coge un pie con las dos manos, una en los dedos y la otra en el talón, y se lo hace girar (¡con cuidado!). Instintivamente, la spankee girará el cuerpo para proteger su tobillo, poniéndose bocabajo. Esto le da una oportunidad al spanker para sentársele sobre la espalda. La spankee tendría que ser enormemente fuerte para ser capaz de levantar su peso y el del spanker para liberarse, con lo que lo único que le queda es resignarse y esperar a que el spanker decida dejar de azotarla. Ni qué decir tiene que todo este forcejeo tiene sus riesgos y debe practicarse con sumo cuidado. También hay que tener en cuenta que si el spanker es pesado puede hacerle daño a la spankee en las lumbares, que puede ser serio. Otro problema es que el spanker no puede verle la cara a la spankee y la comunicación es más difícil que en otras posiciones. En resumidas cuentas, se trata de una posición arriesgada, sobre todo si se hace a la fuerza, pero con innegables recompensas por lo humillante y dominante que es.

10. Piernas en alto o “postura del pañal” 

Postura de el pañal, usando una pala. Erotic Art A-2-Z.
Ésta es una postura completamente distinta a las otras porque la spankee está bocarriba. Esto permite al spanker mirarla directamente a los ojos mientras la azota. Se tumba a la spankee sobre la espalda y se le levantan las dos piernas hasta que estén perpendiculares al cuerpo o incluso sobre su cabeza. Esto hace que levante las caderas y exponga el culo. Es relativamente fácil quitar la ropa en esta postura: faldas y vestidos caen por efecto de la gravedad, y pantalones y bragas se agarran en la cintura y se suben por las piernas. Pero incluso pegar por encima de la ropa puede ser muy eficaz, pues las nalgas se estiran y se vuelven más sensibles. La zona alta de los muslos está bien a tiro y puede ser castigada a conciencia. El spanker sujeta las piernas con una mano o las coloca sobre un hombro, moviéndolas hacia delante, hacia atrás o hacia los lados para exponer la zona del culo que quiere azotar. Pero la que está más a tiro es el “punto dulce” justo por encima de la arruga que separa el culo de los muslos, lo que permite concentrar la azotaina en esa zona. Por supuesto, la spankee tiene más fuerza en las piernas que el spanker en los brazos, por lo que si ella quiere debatirse no habrá mucho qué hacer. Empujando las piernas hacia la cabeza y permitiendo que las rodillas se doblen se expone completamente el coño, que podrá ser estimulado o azotado. Es una postura que sorprenderá a una spankee debutante por su originalidad, al mismo tiempo que la hace sentirse humillada y vulnerable. También se encontrará físicamente cómoda en ella, agradeciendo incluso el estiramiento de las lumbares. Pero su mayor ventaja es que el spanker puede mirarla a la cara y leer en todo momento sus reacciones, lo que es muy valioso si se trata de una nueva compañera de juego.

11. La carretilla

La carretilla. Erotic Art A-2-Z.
Se trata de otra postura inusual, quizás la más expuesta y humillante para recibir un spanking. No es fácil de adoptar; spanker y spankee deberán colaborar para hacerlo. Si se quiere quitar la ropa de la spankee esto deberá hacerse antes de adoptar la postura, pues luego resultará imposible. Con el spanker sentado, la spankee se sentará sobre sus muslos dándole la espalda. Con la ayuda del spanker, la spankee se irá inclinando hacia adelante, levantando las piernas a los lados del spanker, hasta quedar con la cabeza en el suelo entre sus pies. Al mismo tiempo, el spanker separa las rodillas y encaja las caderas de la spankee entre ellas. El resultado es que la spankee queda con la cabeza en el suelo, las piernas abiertas a los costados del spanker, los pies en alto y el culo entre las rodillas del spanker. El spanker le pude pegar en el culo como si fuera un tambor - por eso hay quien la llama la “postura del bongo”. Quien sepa tocar el tambor puede convertir el spanking en todo un concierto. La postura abre completamente la raja del culo de la spankee, exponiendo el ano y el coño justo ante los ojos del spanker. Este punto de vergüenza es quizás lo más importante de esta postura, pero también el hecho de que una vez adoptada no es fácil salir de ella. Si el spanker la quiere atrapar completamente, no tiene más que ponerle los pies en los hombros y ya no podrá incorporarse. Ella so está completamente indefensa, de todas formas, ya que puede mover los pies y darle una patada en la cara al spanker.  A pesar de lo extraña que es, esta postura es bastante cómoda para la spankee. Su único problema es tener que poyar la cabeza en el suelo y girar el cuello, lo que se puede solucionar dándole un cojín o una almohada. Una de las cosas que no me gustan de esta postura es que invita al spanker a golpear la parte alta y los laterales de las nalgas, pero no la zona de la asentadera y la juntura con el muslo, que son las partes más eróticas. Los azotes se dan de arriba abajo y no de lado, lo que tampoco me resulta tan atractivo. Pero, en resumidas cuentas, dado los niveles elevados de pudor, vulnerabilidad, contacto físico y pura extravagancia, un spanking en la postura de la carretilla puede ser una experiencia de lo más intenso.

Hay otras muchas posturas para spanking, pero éstas son las más comunes.

Recordad que los spankings deben ser seguros, sensatos y consentidos. Esto se consigue negociando la sesión de antemano, y estableciendo límites y una palabra de seguridad. Es perfectamente válido excluir algunas de estas posturas como límites. Es importante saber lo que se quiere, saber lo que se hace y ser respetuoso. Y, sobre todo, pasárselo bien.

miércoles, 8 de abril de 2020

Nueva imagen en la cabecera del blog

Neuronas en el ganglio dorsal de una rata. Verde: substancia P. Rojo: receptor mu de opiáceos
Hay que renovarse. Después de muchos años con un paisaje del Parque Nacional de Yosemite, he cambiado la imagen de la cabecera del blog a algo más científico. Se trata de una imagen de microscopio confocal del ganglio dorsal de una rata, que tomé como parte de mi trabajo. Las formas globulares son los cuerpos de las neuronas y las fibras son sus axones, que luego se unirán para formar nervios sensoriales. Las neuronas están marcadas usando anticuerpos contra la substancia P (en verde) y contra el receptor mu de opiáceos (en rojo).

Los ganglios dorsales están colocados entre las vértebras y son el origen de la mayor parte de los nervios sensoriales del cuerpo. Estos nervios transmiten las sensaciones de tacto, dolor, picor, calor y frío desde la piel, los músculos, los huesos y otros órganos a la médula espinal. Allí estas sensaciones son procesadas y enviadas al cerebro.

La substancia P es un neuropétido que sensibiliza a las neuronas de la médula espinal al dolor. Las neuronas del ganglio dorsal que lo contienen transmiten dolor, en su mayor parte.

El receptor mu de opiáceos es una proteína a la que se une la morfina, el fentanilo, la codeína y otros opiáceos para producir analgesia, es decir, inhibir el dolor. Como se ve en la foto, casi todas las neuronas que contienen substancia P también tienen el receptor mu. Eso quiere decir que muchas de las neuronas que transmiten dolor a la médula espinal tienen el receptor mu. Este receptor inhibe a las neuronas, disminuyendo el dolor. Esto explica la acción analgésica de la morfina. Aunque también hay receptores mu en varias partes del cerebro, donde también producen analgesia y otros efectos, como euforia y adicción.

Las neuronas con un tono rojo oscuro no tienen el receptor mu. Esto es un artefacto de la técnica de immuno-histoquímica.