jueves, 13 de marzo de 2014

El Mito del Dominante Nato

En foros BDSM de internet es frecuente encontrarse a alguien (hombre o mujer) que piensa más o menos así:

“Yo soy Dominante desde que tengo memoria, así que esto es una característica básica de mi personalidad. En mi trabajo, con mis amigos y con mis familiares tengo tendencia a controlarlo todo, a dar órdenes y querer imponer mi voluntad. En la mayor parte de esas situaciones debo reprimirme para que no me miren mal, pero en el ambiente BDSM por fin puedo expresar mi auténtica naturaleza sin ambages. De hecho, se me respeta y se me admira por ser tan Dominante. Hay muchos que aspiran a ser Dominantes como yo, pero no son más que fraudes, personas que no han nacido con mi impresionante personalidad. Van a clases de BDSM, leen libros, preguntan en los foros, sin darse cuenta de que si fueran Dominantes de verdad, como yo, no les haría falta nada de eso. En el fondo lo que hacen es jugar a asumir el rol de Dominante, pero no lo llevan dentro como me pasa a mí. Creen que esto es un disfraz de quita y pon, así que los verás un día haciendo de Dominantes y otro de sumisos, pero en realidad no son ninguna de las dos cosas. Lo mismo pasa con las sumisas: hay sumisas de verdad, que lo llevan en el alma, y sumisas de mentirijillas, que sólo juegan a serlo porque está de moda o porque piensan que así pueden atraer a algún hombre interesante. Como Dominante auténtico, yo necesito estar con una sumisa que también sea auténtica. Si alguna me viene con un montón de límites, palabras de seguridad y otras zarandajas, eso es señal de que no es una sumisa auténtica, que no está preparada para aceptar la voluntad de un Dominante impresionante y auténtico como yo.”

Creo que ésta es una actitud errónea por varias razones:

1.    Si el ser Dominante fuera una característica innata, sería genético. Habría familias con muchos Dominantes y otras con muchos sumisos, pero no es así. Por el contrario, en países multiculturales como EE.UU. el BDSM parece asociarse a determinadas culturas, por ejemplo, el catolicismo y el judaísmo. Por lo tanto, el gusto por dominar o someterse deriva de factores culturales, no innatos.

2.    No existe asociación entre ser dominante y controlador en la vida real y ser Dominante en el plano sexual y BDSM. De hecho, muchos sumisos y sumisas ocupan puestos de autoridad en la vida real. El rol que se elige tiende a compensar la situación en la que nos encontramos en el día a día.

3.    El entender la dominancia desde esta perspectiva puede crear actitudes mentales poco sanas, como el autoritarismo, el egocentrismo, el narcisismo y el desprecio a los demás.

4.    Los papeles de Dominante y sumisa son elegidos de forma consensuada después de una negociación, para disfrute mutuo. No se trata de que el Dominante conquiste a la sumisa en base a su arrolladora personalidad. Eso pasa en las novelas y las fantasías, no en la vida real.

5.    La creencia que ser Dominante es algo “que se lleva en la sangre” puede llevar a desdeñar el aprender de otros con más experiencia. Eso resulta en sesiones menos sofisticadas y menos seguras.

6.    El exigir a una sumisa que sea “auténtica” sometiéndose al Dominante sin respetar sus propios límites puede llevar a situaciones de maltrato, como las que exponía en otro artículo de este blog.

7.    Los mejores Dominantes entienden este rol como un acto de servicio en el que guían a la sumisa a encontrar su placer y su felicidad. Entender la D/s como la mera satisfacción de los deseos del Dominante no suele funcionar bien a largo plazo.

8.    Personas que practican el BDSM durante muchos años suelen evolucionar en sus gustos. Algunos empiezan a cambiar de rol (“switch”) o aprenden técnicas o relaciones nuevas. Hacer siempre lo mismo termina por aburrir, mientras que el BDSM ofrece enormes posibilidades de exploración y descubrimiento interior. Encasillarse en un rol determinado es empobrecedor.

Creo que el BDSM puede ser algo más profundo que el pasar un buen rato, hacer realidad determinadas fantasías y masajearnos un poco el ego. Puede ser un camino de autodescubrimiento y transformación personal. Estos mitos que lo entienden como una interacción de roles estáticos cierran estas posibilidades y empobrecen la relación.

4 comentarios:

  1. Es que un Dominante como lo describes, no lo tocaría ninguna sumisa lista ni con un palo. Dicho esto, todos los Tops masculinos que he conocido, tenían un punto muy acusado de desear ver disfrutar a la otra persona, de cumplir sus fantasías y deseos y hacerla transcender. Si es cierto que presumen de sus habilidades, pero al servicio de la princesa díscola que quiere lo suyo.

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  2. A mí también me sorprende que haya Dominantes que piensen así, pero estoy encontrando algunos. Y tienen sumisas, no te creas. También hay sumisas que creen en ese tipo de mitos. Claro que he exagerado un poco cuando he expuesto su forma de pensar, pero basta escarbar un poco para ver que eso es lo que creen en realidad. También habría que diferenciar entre Dominantes (que practican DS) y Tops (que practican SM), una diferencia que se pierde mucho de vista en España. Esta actitud que describo no se encuentra en los Tops.

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  3. Ah vale un Top, tal y como lo defines (aki se mezcla todo como en la paella) es q lo veo como un facilitador de placer y liberación fundamentalmente, alguien tan generoso como para echarse a la espalda la responsabilidad de dos.

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  4. A mi ese tipo de Domis me causan una profunda hilaridad.
    Y compasion porque por muy dominante que seas siempre hay alguien por encima de ti,, con el que te tienes que comportar sumisamente aunque sepas que esta haciendo y diciendo tonterias. Y porque en general si se comportan en ese plan con todo el mundo les deben sacar la dominacion a gorrazo limpio.
    Y lo mismo me dan una profunda pena las "sumisas natas" que tambien las hay; personas que dicen obtener su maximo placer complacion. Vale que a tu familia te guste complacerla, pero vamos... tiene que existir un toma y un daca. Si en esta vida te comportas sumisamente con todos se te comeran y viva, ademas. Para supervivir debes aprender a morder y hacerlo y desgarrar si es preciso.

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