Cuando
se debate si son ciertos el materialismo, el idealismo, el dualismo, etc., lo
que estamos debatiendo es en qué consiste la naturaleza última de la realidad.
Lo que queremos es asignar un nombre a X cuando decimos: “En realidad, todo lo
que existe es X”. Así, X puede ser materia-energía (materialismo), ideas
(idealismo), leyes de la física (platonismo científico), información (informacionismo),
etc.
Podríamos
llamar a esto el problema de la Realidad Última (no sé si esto es un término en
castellano, traduzco del inglés “Ultimate Reality”). Es importante señalar que éste
no es un problema científico, sino una cuestión metafísica (o filosófica). Porque,
aunque la respuesta tiene que ser consistente con los conocimientos de la
ciencia, no parece posible (al menos, a primera vista) emplear el método
científico para contestarla. Podemos argumentar cuál es la mejor opción en base
a la lógica (aunque quizás no lleguemos muy lejos con eso) o, mejor, en base a
la consistencia interna de la idea, su utilidad y lo fructífera que es (es
decir, si nos sirve como instrumento para comprender mejor la realidad).
Desde
ese punto de vista, el idealismo de por sí no parece ni lógico (pues para que
haya ideas tiene que haber un cerebro que las genere), ni útil (en principio se
puede concebir cualquier tipo de relación arbitraria entre las ideas), ni
fructífero. Sin embargo, el platonismo científico y el materialismo parecen
estar, al menos, a la par. En definitiva, el concepto de materia-energía es
inútil sin las leyes que la gobiernan, por lo que, siguiendo el Principio de Parsimonia,
podríamos prescindir de la materia-energía y decir que lo que existe en
realidad son simplemente esas leyes. Por ejemplo, la ley E=m*c2, ¿existía
antes, y Einstein la descubrió? (platonismo científico) ¿O Einstein la inventó?
(materialismo) Si optamos por la segunda respuesta, resulta algo difícil
explicar cómo los objetos obedecían a esa ley antes de que naciera Einstein.
En mi
opinión, el informacionismo es un refinamiento del platonismo científico porque
la información tiene la ventaja de ser cuantificable, lo que la hace en cierta
medida tan tangible como la materia-energía - se puede medir. Por otra parte,
el universo tiene una serie de propiedades que recuerdan mucho a la
información: así cómo la información ocurre en cantidades discretas (bits), lo
mismo ocurre con la materia, la energía y hasta el espacio-tiempo (la distancia
de Plank y el tiempo de Plank, que no se pueden subdividir). El
informacionismo, por otra parte, es más útil y fructífero que el materialismo.
Al materialismo le resulta difícil explicar los sistemas auto-organizativos y
las propiedades emergentes, lo que es clave para entender lo que es la vida,
mientras que el informacionismo predice estas cosas como el resultado del
procesamiento de la información. El informacionismo explica muy bien la
termodinámica: la entropía no es más que información, una idea ampliamente
aceptada hoy en día. Por último, el informacionismo rompe la aparente dualidad
entre el cerebro y la mente, la mente no es más que un programa informático
(aunque se rige por leyes distintas a la de los ordenadores).
Por
supuesto, habrá quien diga que el problema de la Realidad Última no tiene
sentido. Como decía más arriba, es un problema filosófico, no científico; la
ciencia puede apañárselas muy bien sin resolverlo. Algunos filósofos lo
soslayan buscando una definición de lo “natural” o lo “físico” que evite toda
referencia al concepto de materia, materia-energía, o cualquier entidad que se
pueda considerar como “la Realidad Última”. Por ejemplo, ésta: “El universo es
un sistema causalmente cerrado: todo efecto tiene su causa y toda causa, su
efecto; que están siempre dentro del universo”. Esto excluye la idea de Dios, el
alma o seres espirituales, porque serían seres que existen fuera del universo
que producen efectos dentro del universo. Sin embargo, este principio se
enfrenta enseguida con un problema: en la mecánica cuántica se dan fenómenos si
causa, por ejemplo, una partícula elemental que se divide espontáneamente en
dos. Pero la mecánica cuántica no elimina la causalidad, simplemente se pasa de
una causalidad rígida a una causalidad probabilística. Si empleamos este tipo
de causalidad probabilística en la definición anterior, pude llegar a funcionar
bastante bien.
De
todas formas, yo creo que el problema de la Realidad Última es importante,
porque necesitamos comprender qué es el mundo para entender nuestra relación
con él y así nuestra propia vida. Además, como he apuntado cuando hablaba del
informacionismo, el adoptar una cierta idea sobre la realidad última puede
proporcionarnos un marco de referencia más apropiado para entender mejor el
mundo, organizando nuestros conocimientos científicos en una visión más
coherente de la realidad.
Mucha suerte Hermes! En cuanto a los detalles... están perfectos... precisamente lo genial es que se siente real, creíble y muy cercano.
ResponderEliminarLa mezcla de sexo y política, sobre todos en aquella época es una idea muy acertada, creo que de algún modo van ligadas, porque junto a la represión de ideas está la sexual, y la presión constante eclesiástica que creaban en los jóvenes un continuo sentimiento de culpa.
Besos!!
Te equivocaste de entrada, xana, pero gracias de todas formas. Como ya digo, lo de mezclar sexo y política lo copié de Almudena Grandes. Me gustaría haber podido ahondar un poco en esa conexión entre la represión política y la represión sexual.
EliminarEl concepto de Sunyata en el budismo no es el vacío tal como lo entendemos en Occidente, como sinónimo de la nada. En el budismo el vacío quiere decir que como todo se transforma continuamente. No hay esencia, no hay nada inmutable a lo que nos podamos aferrar y decir: esto existe. En cuanto creemos que hemos visto algo, experimentado algo, ya se ha transformado en algo distinto. Yo creo que esto se parece mucho al informacionismo, donde no existen objectos, sino relaciones. Algo sólo existe en la medida en que se relaciona con otros "algos". Esa red de relaciones es como un programa informático que de desarrolla si parar, dando lugar a nuevas cosas, nuevas relaciones, nuevas leyes. Porque, al contrario de lo que pasa con la materia, la información sí se crea. De hecho, la cantidad de información en el Universo aumenta si parar
ResponderEliminarEsta entrada surgió de una discusión en el foro "Iniciativa Atea" sobre la vigencia del materialismo. Me gustó lo que escribí, así que decidí colgarlo aquí por si le interesaba a alguien. Pero es verdad que es demasiado complicado; intento condensar demasiada información. Tendré que escribir otras entradas abordando este problema de forma más sencilla.