Estos días me preocupo mucho sobre cómo
publicar. Durante los últimos tres años el escribir mi novela ha sido la pasión
de mi vida. Ahora que está terminada la quiero publicar para que llegue al
mayor número de lectores posibles y, por qué no, ganar algo de dinero con ello.
en realidad, mi ilusión sería poder ganar el suficiente dinero escribiendo para
dedicarme a ello por completo. No es que me desagrade mi carrera científica, ni
que me vaya mal en ella, pero creo que sería mucho más feliz escribiendo
novelas y divulgación científica, como hacía Isaac Asimov.
El problema es que escribir no da suficiente
dinero, a no ser que consigas que tus libros sean super-ventas. Típicamente,
las editoriales pagan a los escritores un 10% (un 15%, si tienes suerte) del
precio de un libro. Sí, no lo has leído mal: si tú pagas 10 euros por un libro,
un euro va al escritor y la editorial se queda con los 9 euros restantes. No
sólo eso, sino que la editorial le impone al escritor un contrato draconiano
dónde todos los derechos de autor, el copyright, pasa a la editorial. Así, por
ejemplo, si la novela en cuestión tiene un éxito rotundo y una productora
cinematográfica quiere hacer la película, le compraría los derechos de autor a
la editorial y no al escritor.
Todo esto puede parecerte completamente
injusto. A fin de cuentas, el libro lo ha creado el escritor, no la editorial, ¿a
cuento de qué se apropia esta compañía de todos los derechos? Quizás se trata
de un puro ejercicio de poder; si quiere publicar, al escritor no le queda otro
remedio que pasar por la editorial. Y cuando se es un escritor novel la cosa
está mucho peor, pues existe mucha competencia y a las editoriales le sobran
ofertas de libros que publicar.
Pero también es verdad que publicar un libro
es un proceso muy caro y arriesgado, y que es la editorial la que afronta el
riesgo y las posibles pérdidas si el libro no se vende. Publicar un libro
implica una serie de procesos que son caros y complicados: imprimir, almacenar,
distribuir y promocionar el libro. En particular, los sistemas de impresión,
almacenamiento y distribución requieren una organización que está fuera del
alcance del escritor, lo que hace que éste dependa de la editorial.
Hasta que llegó el libro electrónico, claro
está. De un plumazo, el problema de la impresión, almacenamiento y distribución
queda resuelto. Un libro electrónico no se imprime, va en un fichero digital
que se puede almacenar en cualquier ordenador y distribuir en la red con un
simple click de ratón. De hecho, el problema de distribución es ahora el
inverso: un libro digital se pude copiar tan fácilmente que el autor corre el
riesgo que se lo pirateen en vez de comprárselo.
La compañía Amazon.com, que ya se había
apoderado de una buena parte del negocio de distribución y venta de libros de
papel, dejando en la cuneta a muchas librerías tradicionales, supo ver
enseguida la oportunidad comercial que representaba el libro electrónico. Concibió
una estrategia a largo plazo, a base de inventar una tableta dedicada
específicamente a leer libros, el Kindle. Pero el Kindle no era más que una
copia de otra tableta que ya había producido Sony, la auténtica genialidad de
Amazon.com fue el crear una infraestructura que les permitió acaparar en poco
tiempo el mercado del libro electrónico a nivel mundial. Parte de esta
estrategia fue ofrecerles a los escritores un trato mucho más beneficioso que
las editoriales tradicionales. Kindle te ofrece el 70% de los beneficios de
venta de tu libro, en vez del 10%. O sea, que si publico con una editorial
tradicional tengo que vender siete veces más libros que por Kindle para ganar
lo mismo. Pero no acaba ahí la cosa, Kindle no te exige que les transfieras el
copyright, por lo que siempre tienes la opción de cancelar la venta de tu libro
en Kindle si recibes una buena oferta de una editorial. O no: puedes seguir
vendiendo por Kindle y ganando el 70% por tus libros electrónicos al tiempo que
publicas en papel ganando el 10%. Eso es lo que hace E.L. James con su
bestseller “50 Sombras de Grey” que, no lo olvidemos, alcanzó su éxito como
libro electrónico antes de ser publicado en papel. Encima, E.L. James puede llevarse
todos los beneficios de vender los derechos de su obra para hacer la película.
Señoras y señores, he aquí la manera de hacerse millonario.
¿Y qué hacen las editoriales tradicionales
ante la enorme amenaza que les supone Amazon.com con su Kindle? Nada. Siguen
tratándonos a los escritores noveles como basura, entregando así toda una nueva
generación de escritores a Kindle. Quizás crean que le libro electrónico es una
moda pasajera, o que Amazon.com acabará por adoptar el sistema antiguo para
volver a explotar a los escritores. Pero no va a ser así. Amazon.com no es una
organización filantrópica dedicada a ayudar a los escritores y a promocionar la
lectura, es una compañía que tiene que sobrevivir en el actual sistema de
capitalismo salvaje. Si operan como lo hacen es porque tienen buenas razones
para ello. Lo que ocurre, simplemente, es que las barreras que antes había
entre el escritor y el lector -imprimir, almacenar, distribuir- han
desaparecido. Si Kindle no le ofrece al escritor un buen trato, éste podría
optar por abrir una página en la web para vender sus libros directamente al
lector y embolsarse así el 100% de los beneficios. Tengo entendido que esto es
lo que hace J.K. Rowling, la creadora multimillonaria de Harry Potter. A fin de
cuentas, si tienes millones de lectores esperando impacientes tus próximo
libro, ¿para qué ibas a dejar que nadie sino tú gane dinero vendiéndolos?
Claro que yo no soy E.L. James o J.K.
Rowling. Soy un escritor completamente desconocido con una novela que nadie
sabe si se va a vender o no. Lo que nos lleva de vuelta al sistema del que
hablaba antes: impresión, almacenamiento, distribución y promoción. Hemos
eliminado los tres primeros pasos, pero queda el último. Las editoriales
tradicionales también servían de criba para hacerle llegar al lector libros con
una mínima calidad; les daban su sello de prestigio y contribuían a
promocionarlos. Si ahora un montón de escritores pueden publicar con unos
costes mínimos, ¿cómo va a saber el lector cuáles son los que vale la pena
leer? Kindle se ha dado cuenta del problema y ha establecido un sistema para
destacar los libros que más se venden. Es, si quieres, un sistema democrático
donde son los lectores, y no las editoriales, los que determinan el éxito de un
libro. Pero para el escritor que empieza, como yo, el problema sigue estando ahí:
¿cómo conseguir que su libro empiece a venderse rápidamente en el momento de
colgarlo en Kindle? Si alguien sabe la respuesta a esa pregunta, me haría un
enorme favor si me la dijera.
Buenos días:
ResponderEliminarprimero decirle que me encanta su blog, que espero que no muera tras la difusión de su trilogía (que deseo leer pero no todavía no he encontrado la forma de conseguir, el proceso se me atoja complicado) y segundo, dar una posible respuesa a su pregunta.
"Posible respuesta": la conoce, ha hecho mención de ella cuando hablaba de las editoriales: la promoción. De donde nacen otra serie de preguntas, quién y a quién, cómo, dónde. Se me ocurre que los profesionales en este tema son los publicistas. Eso sí, el pago/inversión de la campaña de publicidad corre a cuenta del autor.
Espero que esta respuesta le acerque a la solución del problema o le abra una ventana inspiradora y creativa.
Un cordial saludo sin más ceremonia, que me tengo que ir a seguir leyendo su blog.
Sanney
Gracias, Sanney. Mantendré vivo el blog mientras el cuerpo aguante, ya que no lo creé sólo para difundir mi trilogía. Quiero hablar de una serie de cosas que me preocupan y conocer a gente, que es para lo que sirven los blogs. Por otra parte, el promocionar la trilogía es una tarea sin fin, ya que espero que se siga vendiendo muchos años. Y luego vendrán otros libros que promocionar...
ResponderEliminarSí, lo de recurrir a un publicista ya se me había ocurrido. Creo que pronto intentaré usar GoogleAdds para ello. Las compañías publicitarias convencionales son demasiado caras para mi exiguo presupuesto. Pero hay mucho trabajo por hacer. Creo que primero voy a intentar publicar en papel a través de Amazon, Luego tendría que diseñar un anuncio que la menos sea pasable. Mejor dicho, encontrar a alguien que me lo diseñe. Por último, habría que ver qué penetración tiene GoogleAdds en el mercado español.