La versión oficial, la defendida por los
sexólogos y otros expertos, es la siguiente. Existe un solo tipo de orgasmo
femenino: el que es desencadenado por la estimulación, directa o indirecta, del
clítoris. Aunque algunas mujeres sean capaces de alcanzar el orgasmo durante la
penetración, esto se debe a que el pene estimula el clítoris indirectamente con
sus movimientos en la vagina. Por lo tanto, el orgasmo vaginal propiamente
dicho no existe. Las paredes vaginales están prácticamente desprovista de terminaciones
nerviosas que puedan desencadenar el orgasmo. La eyaculación femenina es un
mito, lo único que sucede es que algunas mujeres producen una gran cantidad de
lubricación vaginal.
Por ejemplo, la sexóloga Raquel Díaz Illescas
escribe en su blog Sexualidad Positiva: “Dejemos ya de hablar de una vez de
aquello del orgasmo clitoridiano o el vaginal: hay simplemente un orgasmo. Otra
cosa será la manera en que lleguemos a éste. Unas mujeres llegarán con más
facilidad con la estimulación manual, otras con el rico y placentero sexo oral,
otras con la motivación indirecta durante el coito, otras no tendrán problema
en conseguirlo de cualquier forma y algunas estarán todavía esperando a tenerlo
con la penetración. Lo que está claro es que el orgasmo femenino tiene como
protagonista principal al clítoris.” (http://sexualidadpositiva.blogspot.com/2011/09/el-protagonista-de-los-orgasmos.html)
Sin embargo, existe otra versión, la que
cuentan muchas mujeres (y sus amantes) que se han embarcado en una exploración
minuciosa y profunda de su propia sexualidad. Según ella, existen al menos dos
tipos de orgasmos distintos, clitoridal y vaginal, que difieren en la calidad
de la sensación más que en su intensidad. El orgasmo vaginal se puede
desencadenar independientemente de la estimulación del clítoris a través de un
punto situado en la cara anterior de la vagina, el llamado punto Grafenberg (normalmente
abreviado como “punto G”). A menudo, el orgasmo vaginal va acompañado de la
emisión de un chorro de líquido claro que es claramente distinto de la orina o
del exudado vaginal. Aunque muchas mujeres son incapaces de alcanzar el orgasmo
vaginal de entrada, éste se puede entrenar a base de sensibilizar el punto G a
base de masajes prolongados con el dedo.
¿Quién tiene razón? Para mí está muy claro
que la segunda versión es la correcta. Digo esto basándome en mi experiencia
personal con muchas mujeres, en cosas que he leído escritas por otras mujeres,
y en hechos conocidos sobre la fisiología del orgasmo femenino. En primer
lugar, debo decir que las mujeres varían enormemente en cuanto a su respuesta
sexual. Es cierto que hay mujeres “clitoridianas” que son incapaces de alcanzar
el orgasmo como no sea con la estimulación del clítoris. Pero también es cierto
que hay otro grupo numeroso de mujeres “vaginales” que prefieren alcanzarlo con
la estimulación vaginal, no sólo con el coito, sino que prefieren masturbarse a
base de introducirse los dedos o consoladores en la vagina. Incluso conozco
mujeres que no soportan la estimulación directa del clítoris, porque lo tienen
tan sensible que esto le resulta desagradable o hasta doloroso. A otras les
pasa justo lo contrario: su clítoris es más bien insensible, mientras que su
vagina es una fuente mucho más fiable de placer. En cuanto a la eyaculación
femenina, he sido testigo de ella en varias ocasiones. También he visto vídeos
en internet que la muestran bastante claramente, aunque por supuesto esto es
algo que es fácil de trucar. Pero cuando eres tú mismo el que la provoca, ya no
existe margen de duda.
También existe evidencia científica de la
existencia del punto G y de la eyaculación femenina. El punto G no está
presente en la pared vaginal, sino que es un tejido situado inmediatamente
debajo de su cara anterior, llamado las glándulas de Skene o glándulas
uretrales o parauretrales (http://es.wikipedia.org/wiki/Gl%C3%A1ndulas_de_Skene
, http://en.wikipedia.org/wiki/Skene%27s_gland).
La función fisiológica de las glándulas de Skene sigue siendo un misterio; lo
que sí está claro es que son análogas a la próstata masculina. A veces, durante
la estimulación sexual, las glándulas de Skene producen un líquido inodoro y
transparente que es emitido a chorros durante el orgasmo, formando la
eyaculación femenina. Este líquido es distinto de la lubricación vaginal, que
es producida por unas glándulas distintas, las glándulas de Bartolino (http://es.wikipedia.org/wiki/Gl%C3%A1ndula_vestibular_mayor
). Al contrario de la lubricación vaginal de estas glándulas, la secreción de
las glándulas de Skene contiene marcadores bioquímicos similares a los
producidos por la próstata masculina, como la enzima PDE5 (fosfodiesterasa
específica de cGMP tipo 5) y antígeno específico de próstata. Recordemos que,
en el hombre, la próstata es el órgano que fabrica el semen, en el que son
suspendidos los espermatozoides que provienen de los testículos. Por lo tanto,
en la mujer las glándulas de Skene producirían un líquido parecido al semen y
es completamente apropiado llamar su secreción “eyaculación femenina”.
De hecho, el punto G y el fenómeno de la eyaculación
femenina han sido conocidos desde la antigüedad en numerosas culturas (Korda,
J. B., S. W. Goldstein, et al. (2010).
"The History of Female Ejaculation." J Sex
Med 7(5): 1965-1975). Son descritos por textos taoístas del siglo IV, en el Kamasutra
hindú, y por Aristóteles y Galeno en el mundo occidental. Entonces, ¿por qué
existe tanta controversia hoy en día en cuanto a su existencia? La razón, por
increíble que parezca, es ideológica y política. En 1976 se publica el best-seller
“El Informe Hite”, escrito por la feminista americana Shere Hite. En él se
explica que para la mujer la mejor forma de alcanzar el orgasmo es masturbarse
tocándose el clítoris, y que la estimulación interna de la vagina no es
necesaria. Eso desencadena una crítica de los trabajos anteriores sobre el
orgasmo femenino: el doctor Ernst Grafenberg es tachado de machista y acusado
de haberse inventado el punto G con el motivo de convencer a las mujeres de
practicar el coito vaginal, para así relegarlas a su función de reproductoras y
proveedoras del placer masculino. También es acusado de machista Sigmund Freud.
Por ejemplo, en su artículo Orgasmo
femenino: ¿vaginal y clitoridiano?, la sexóloga Raquel Díaz Illescas
escribe: “Freud decía que sólo las mujeres que habían alcanzado una madurez
psicosexual eran capaces de disfrutar con el coito; las que lo hacían a través
de la estimulación del clítoris eran unas inmaduras. (…) Fue el prestigioso
Freud el primero que abordó la categorización de mujeres clitoridianas y
mujeres vaginales, tratando así el tema en uno de sus más celebres trabajos
“Tres ensayos sobre teoría sexual”; sin duda, una de las obras que revolucionó
a la sociedad del momento y que tanto ha despistado a las generaciones que le
sucedieron.” Al parecer, una buena parte de los sexólogos se ha apuntado a esta
visión políticamente correcta sin pararse a examinar con el debido cuidado la
evidencia a favor de orgasmos vaginales y la eyaculación femenina.
Afortunadamente, hoy en día hay una nueva generación de feministas dispuestas a
explorar en profundidad la sexualidad femenina y a rechazar los reflejos
puritanos (por ejemplo, en contra de la pornografía y el sadomasoquismo) de las
feministas de la vieja escuela. Y el punto G y la eyaculación femenina han
vuelto a ponerse de moda.
Corremos incluso el peligro de caer en el
extremo opuesto. Hoy en día proliferan artículos, vídeos e incluso cursillos
que quieren enseñar a las mujeres cómo conseguir eyacular, o “squirt”, como se
dice en slang inglés. La eyaculación femenina, de por sí, no me parece una meta
importante. Al parecer, el tamaño de las glándulas de Skene varía mucho de una
mujer a otra, y algunas pueden carecer completamente de ellas. Esto puede
llegar a traumar a más de una, que se sentirá frustrada al no poder conseguir
el nuevo galardón de la mujer realizada sexualmente. Por favor, no exageremos.
Creo que lo importante es que nos demos cuenta de que la sexualidad femenina existe en una gran variedad
de formas. Hay que dejar que cada mujer explore su sexualidad a su manera, sin
metas arbitrarias ni complejos, sino como una forma más de autoconocimiento y
experiencia vital. De todas formas, el orgasmo vaginal tiene la capacidad de
movilizar emociones de una forma en la que no lo hace el orgasmo clitoridal, y
no es mala idea para las que no lo conocen intentar experimentarlo.
Referencias:
- Alzate H (1985) Vaginal eroticism and female orgasm: a current appraisal. J Sex Marital Ther 11:271-284.
- Dwyer PL (2012) Skene's gland revisited: function, dysfunction and the G spot. Int Urogynecol J 23:135-137
- Farmer MA, Maykut CA, Huberman JS, Huang L, Khalifé S, Binik YM, Apkarian AV, Schweinhardt P (2013) Psychophysical properties of female genital sensation. Pain 154:2277-2286.
- Foldes P, Buisson O (2009) The clitoral complex: a dynamic sonographic study. J Sex Med 6:1223-1231.
- Jannini EA, Whipple B, Kingsberg SA, Buisson O, Foldes P, Vardi Y (2010) Who's afraid of the G-spot? J Sex Med 7:25-34.
- Kilchevsky A, Vardi Y, Lowenstein L, Gruenwald I (2012) Is the Female G-Spot Truly a Distinct Anatomic Entity? J Sex Med 9:719-726.
- Korda JB, Goldstein SW, Sommer F (2010) The History of Female Ejaculation. J Sex Med 7:1965-1975.
- Levin RJ (2008) Female orgasm: correlation of objective physical recordings with subjective experience. Arch Sex Behav 37:855; author reply 856.
- Puppo V (2012) The Grafenberg spot (G-spot) does not exist-a rebuttal of Dwyer PL: Skene's gland revisited: function, dysfunction and the G spot. Int Urogynecol J 23:247.
- Schubach G (2002) The G-spot is the female prostate. Am J Obstet Gynecol 186:850; author reply 850.
- Song YB, Hwang K, Kim DJ, Han SH (2009) Innervation of vagina: microdissection and immunohistochemical study. J Sex Marital Ther 35:144-153.
- Thabet SM (2009) Reality of the G-spot and its relation to female circumcision and vaginal surgery. J Obstet Gynaecol Res 35:967-973.
- Whipple B, Perry JD (2002) The G-spot: a modern gynecologic myth. Am J Obstet Gynecol 187:519; author reply 520.
- Zaviacic M, Ablin RJ (2002) The G-spot. Am J Obstet Gynecol 187:519-520; discusssion 520.
Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarFantástico artículo.
ResponderEliminarGracias, Dora. A ver si hablamos más de estas cosas, aquí o en tu blog.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Soy una de esas mujeres que distinguen los tipos de orgasmos, la sensación es diferente. Yo me masturbaba de toda la vida estimulando indirectamente el clítoris (directamente no me gusta nada, me siento volnerable e hiper sensible), hasta que me masturbé con un pepino (me pudo la curiosidad porque noté que me gustaba más los orgasmos con penes que conmigo misma y no podía permitir aquello). Luego me compré un vibrador especial punto G y tan feliz que soy.
ResponderEliminarGracias por lo científico que es tu artículo.
Es verdad: hace falta reconocer que las mujeres son distintas en su respuesta sexual. Lo importante es hacer lo que tú, experimentar hasta encontrar la mejor forma de satisfacerte. En cuanto a lo científico, intento no pasarme, ¡que me conozco!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Espero verte otra vez por mi blog.
Hola de nuevo.
EliminarNo sé dónde te he leído discutiendo sobre las diferencias cualitativas y cuantitativas entre orgasmos. Pues bien, en realidad supongo que depende de cada una (me encantaría saber de qué factores depende, si lo sabes me lo cuentas), pero es cierto que mi caso es: estimulación indirecta del clítoris, orgasmo rápido poco intenso; estimulación del punto g, orgasmo rápido muy muy intenso (si hay vibración,más); estimulación directa del clítoris como sexo oral, orgasmo intenso pero muy forzado (unos 40 minutos y requiere de una estimulación mental fuerte).
Lo pongo aquí por si lo lee alguna otra mujer que se siente un poco apartada como yo, por esta moda de la clitorismanía. Y también como curiosidad.
Te leo de cerca!
Lujanas
Lo de las diferencias cualitativas y cuantitativas del orgasmo lo puse en el blog "La Pluma de Pandora". A lo que me refiero es que el orgasmo, como otras sensaciones, pude ser más o menos intenso (diferencia cuantitativa) o simplemente distinto (diferencia cualitativa). Una luz roja es cualitativamente distinta de una luz verde, por ejemplo. El roce del terciopelo es cualitativamente distinto del roce del estropajo. Etc, etc.
EliminarMe gusta lo de la "clitorismanía"... Hay mujeres a las que no les gusta alcanzar el orgasmo estimulándose el clítoris, algunas por tenerlo demasiado sensible y otras demasiado poco... El caso es que con tanto énfasis en el clítoris que se pone hoy en día, ellas se sienten diferentes... puede llegar a hacer daño. Y habrá hombres que vayan a por el clítoris a piñón fijo, sin atender a explicaciones. "Tú déjame a mí, que yo tengo mucha experiencia en esto".
Gracias por tu aclaración, seguro que le vendrá bien a más de una.
Hola!
EliminarSí que puede hacer daño, por ejemplo, haciendo que alguna chica se centre en el clítoris, no le resulte agradable, y no intente masturbarse de más formas.
Por supuesto el orgasmo que yo tengo estimulando el punto g es cualitativamente distinto, yo no sé exactamente cómo decirlo, pero no es igual, la sensación me resulta diferente.
Has investigado sobre otros tipos de orgasmos en la mujer en los que no hay duda que no estén relacionados para nada con el clítoris? Yo muchas veces pienso que sería capaz de llegar con los pezones, y alguna vez he buscado en google "orgasmo útero" por experiencias muy fuertes y diferentes con vibradores más largos y potentes.
Un abrazo!
Lujanas
He oído a mujeres hablar del "orgasmo de cuerpo completo"... por lo visto es una experiencia increíble. También he visto mujeres masoquistas correrse con una azotaina o un "caning", aunque no descarto que se estuvieran estimulando el clítoris inconscientemente cerrando las piernas. Lo importante es que el orgasmo se da en el cerebro y que la estimulación mental es fundamental. En cuanto al orgasmo de útero, no sé, me da un poco de miedo, porque el útero es un órgano interno y si se infecta, estás perdida. He visto fotos en internet de mujeres penetrándose el útero... creo que no hace falta llegar a esos extremos.
ResponderEliminarPenetrándoselo!? yo había visto imágenes de lo que ocurre, y se supone que se "rodea" por fuera el útero estimulando las paredes, cosa que ocurre solo cuando hay gran excitación y lubricación interna.
ResponderEliminarMuy interesante el orgasmo, y muy interesante el cerebro humano.
Un saludo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarAl parecer, sí, la penetración del cérvix o útero con objetos delgados o incluso con el dedo es una práctica sexual alternativa, aunque bastante peligrosa.
Eliminarhttp://www.orgclinic.com/Is-Cervical-Penetration-Safe.html
Tendré que volver a buscar esas imágenes, porque la verdad es que me parecieron tan chocantes que quiero verificarlas.
ResponderEliminarHola Hermes:
ResponderEliminarTal y como cuentas la "versión oficial" esta avalada por estudios científicos y estos estudios dicen que sólo hay un tipo de orgasmo femenino.
El otro lado está basado en especulaciones sujetas a muchos condicionantes, en las que los juicios y la subjetividad de las personas participantes, es más que probable, distorsionen los resultados y las conclusiones no sean más que meras conjeturas.
Atentamente
Sanney
Sanney
No, Sanney, no es eso lo que digo. La versión oficial de los sexólogos no está basada en estudios científicos sino en ideología. Por eso pongo una lista de referencias a estudios científicos al final de artículo, la mayoría de los cuales apoyan la existencia del punto G y del orgasmo que se produce al excitarlo... llámalo orgasmo vaginal o llámalo como quieras.
ResponderEliminarEl orgasmo es una experiencia subjetiva, no debe confundirse con su correlatos fisiológicos, por lo que es muy difícil evaluarlo de forma objetiva. ¿Qué criterios emplearías para decidir si los orgasmos producidos por estímulos distintos son el mismo orgasmo u orgasmos diferentes?
Existe la posibilidad de vivir orgasmos, con y sin eyaculación, sin estimulación ni vaginal ni del clítoris. Yo lo he vivido, por tanto, habrá más mujeres que compartan esta experiencia. Es como si toda la piel fuese territorio orgásmico, hasta rozando un pómulo, acariciando un lóbulo de una oreja. Fue sorprendente y hermoso descubrirlo. No es anecdótico, se va incorporando. No sé bien cómo, pero así es.
ResponderEliminarEs verdad. El orgasmo ocurre en el cerebro, por lo que se pueden tener orgasmos sin estimulacion física de ningún tipo. Creo que esto ocurre en personas paraplégicas. Yo he visto muchos orgasmos como resultados de spankings, canings y otras actividades BDSM. También oí decir que Nicole Prause https://en.wikipedia.org/wiki/Nicole_Prause, una científica de UCLA, podía producir orgasmos estimulando directamente el cerebro usando Transcranial Magnetic Stimulation (TMS). Sin embargo, busqué sus publicaciones y no hablan de eso, sino de cómo TMS se puede usar para modular el orgasmo.
EliminarNo soy parapléjica, tengo la suerte de que mi cuerpo dispone de toda su funcionalidad. Ahora que lo mencionas, también es verdad lo de los orgasmos sin contacto alguno, después de un proceso de sumisión verbal, no lo recordaba. ¡Bendito cerebro! Es genial tanta posibilidad :) Ojalá haya más investigación en estos menesteres, estoy bien intrigada.
EliminarHay una técnica de BDSM en la que el Dominante sólo permite que la sumisa se corra cuando pronuncia una palabra especial. Después de un cierto tiempo de entranamiento, le basta decir esa palabra y la sumisa se corre sin que haga falta ningún otro estímulo. Lo he visto hacer alguna vez.
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