¿Qué, te habías creído el timo del Papa progre? Pues espero que te haya abierto los ojos la nueva ley sobre el aborto que el PP ha impuesto a golpe de decretazo franquista. No hay Papas progres, sólo maquillajes publicitarios de una Iglesia que intenta recuperarse del escándalo mundial de los curas pedófilos. Así que han puesto al Papa Francisco haciendo de “poli bueno”, que finge necesitar nuestro apoyo para salvar a la Iglesia de los “polis malos” que prosiguen su guerra cultural contra las libertades. Pero ellos saben que no arriesgan nada: Francisco es tan retrógrado como el que más y la Teología de la Liberación está muerta y enterrada hace tiempo.
A ver si nos vamos enterando: la Iglesia Católica es el enemigo número uno de las libertades personales, especialmente las de las mujeres, los gais y todos los que practicamos sexualidades alternativas. Lo ha sido desde hace 2000 años y lo seguirá siendo en el futuro previsible. No sólo esto, sino que a lo largo de la historia la Iglesia ha estado siempre al lado del poder y de los ricos, manteniendo estructuras sociales de opresión y colaborando con algunos de los mayores crímenes colectivos que ha conocido la humanidad. La Iglesia impulsó la colonización de América y la institución de la esclavitud, derivada de la sumisión de los plebeyos a los nobles y clérigos feudales. Atacó a los descubrimientos científicos, desde Galileo hasta Darwin. Desempeñó un papel fundamental en la sublevación de Franco, en la Guerra Civil y en los 40 años de dictadura. También apoyó las dictaduras de Mussolini en Italia y Hitler en Alemania, cerrando los ojos al Holocausto que masacró seis millones de personas, judíos en su inmensa mayoría. Jugó a que apoyaba la Transición para posicionarse en el nuevo esquema político de España (ahora comprobamos lo bien que le salió la jugada), mientras que al mismo tiempo en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia amparaba las nuevas dictaduras y su brutal represión.
Ante tantos desmanes la única actitud ética es negar nuestro apoyo a la Iglesia, siguiendo la idea de Gandhi de que si no te opones al mal te vuelves su cómplice. Tenemos que darnos cuenta de que no cabe compromiso alguno con la Iglesia: siempre buscará el poder y lo utilizará para acabar con nuestras libertades. La construcción de una sociedad sin sexismo, con una visión positiva y lúdica de la sexualidad y donde no se oprima a las personas en base a su orientación sexual pasa por eliminar el poder político de la Iglesia. No se trata de acabar con el catolicismo, sino de devolverlo a la esfera exclusivamente personal a la que pertenecen las religiones. No se trata de quemar iglesias, sino de vaciarlas. No se trata de pretender que todo el mundo se haga ateo, sino de que todas las creencias sean tratadas por igual por el estado. Ese es, en definitiva, el estado laico estipulado en la Constitución, que la Iglesia y la derecha nos han robado. Para ver lo que es realidad un estado aconfesional y laico sólo hace falta echar una mirada a EE.UU., donde no hay crucifijos en las escuelas públicas, ni asignatura de religión. España es una teocracia, como Irán, como Arabia Saudí.
Pero eso ya no refleja siquiera la realidad social de España. Así es como están las cosas en materia de religión, según las últimas encuestas de CIS… El 70.4% de los españoles se definen como católicos, el 26% como no creyentes y el 2.3% como practicante de otras religiones. Pero, ¡ojo!, que la mayor parte de esos católicos sólo lo son de boquilla. Cuando se pregunta a los que integran ese 70.4% de católicos cuantas veces van a misa, resulta que sólo el 15.1% van a misa todos los domingos y festivos (recordad que no hacerlo está considerado como pecado mortal). Otro 8.6% van a misa alguna vez al mes; un 15.9% lo hacen varias veces al año y un descomunal 59.1% no va prácticamente nunca. Basándome en estos números, y descartando el minúsculo 2.3% que practican otras religiones, los españoles se podrían catalogar en cuatro grupos:
De hecho, vamos ganando la batalla. Desde 1998 el porcentaje de católicos en España ha ido disminuyendo y el de no creyentes aumentando de forma simultánea (Figura 1). El porcentaje de católicos practicantes ha disminuido de forma aún más estrepitosa (Figura 2). Pero hay veces que los cambios sociales se aceleran; se producen avalanchas de cambios masivos de opinión al romperse un equilibrio invisible de fuerzas. La misma Iglesia nos lo pone fácil con su inflexibilidad y sus ataques a nuevas pautas culturales cada vez más establecidas. ¿Quién sigue hoy en día los mandamientos de la Iglesia sobre anticoncepción?
Si te enfurece lo que ha hecho el PP con la ley del aborto, haz lo que dicen por aquí: “don’t get mad, get even” - “no te cabrees, gánales la partida”. ¡Vaciemos las iglesias! Cuando sólo queden en ellas unos pocos beatos vejestorios, los obispos se tendrán que callar la boca de una puñetera vez y nosotros podremos construir esa sociedad libre e igualitaria que ansiamos.
A ver si nos vamos enterando: la Iglesia Católica es el enemigo número uno de las libertades personales, especialmente las de las mujeres, los gais y todos los que practicamos sexualidades alternativas. Lo ha sido desde hace 2000 años y lo seguirá siendo en el futuro previsible. No sólo esto, sino que a lo largo de la historia la Iglesia ha estado siempre al lado del poder y de los ricos, manteniendo estructuras sociales de opresión y colaborando con algunos de los mayores crímenes colectivos que ha conocido la humanidad. La Iglesia impulsó la colonización de América y la institución de la esclavitud, derivada de la sumisión de los plebeyos a los nobles y clérigos feudales. Atacó a los descubrimientos científicos, desde Galileo hasta Darwin. Desempeñó un papel fundamental en la sublevación de Franco, en la Guerra Civil y en los 40 años de dictadura. También apoyó las dictaduras de Mussolini en Italia y Hitler en Alemania, cerrando los ojos al Holocausto que masacró seis millones de personas, judíos en su inmensa mayoría. Jugó a que apoyaba la Transición para posicionarse en el nuevo esquema político de España (ahora comprobamos lo bien que le salió la jugada), mientras que al mismo tiempo en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia amparaba las nuevas dictaduras y su brutal represión.
Ante tantos desmanes la única actitud ética es negar nuestro apoyo a la Iglesia, siguiendo la idea de Gandhi de que si no te opones al mal te vuelves su cómplice. Tenemos que darnos cuenta de que no cabe compromiso alguno con la Iglesia: siempre buscará el poder y lo utilizará para acabar con nuestras libertades. La construcción de una sociedad sin sexismo, con una visión positiva y lúdica de la sexualidad y donde no se oprima a las personas en base a su orientación sexual pasa por eliminar el poder político de la Iglesia. No se trata de acabar con el catolicismo, sino de devolverlo a la esfera exclusivamente personal a la que pertenecen las religiones. No se trata de quemar iglesias, sino de vaciarlas. No se trata de pretender que todo el mundo se haga ateo, sino de que todas las creencias sean tratadas por igual por el estado. Ese es, en definitiva, el estado laico estipulado en la Constitución, que la Iglesia y la derecha nos han robado. Para ver lo que es realidad un estado aconfesional y laico sólo hace falta echar una mirada a EE.UU., donde no hay crucifijos en las escuelas públicas, ni asignatura de religión. España es una teocracia, como Irán, como Arabia Saudí.
Pero eso ya no refleja siquiera la realidad social de España. Así es como están las cosas en materia de religión, según las últimas encuestas de CIS… El 70.4% de los españoles se definen como católicos, el 26% como no creyentes y el 2.3% como practicante de otras religiones. Pero, ¡ojo!, que la mayor parte de esos católicos sólo lo son de boquilla. Cuando se pregunta a los que integran ese 70.4% de católicos cuantas veces van a misa, resulta que sólo el 15.1% van a misa todos los domingos y festivos (recordad que no hacerlo está considerado como pecado mortal). Otro 8.6% van a misa alguna vez al mes; un 15.9% lo hacen varias veces al año y un descomunal 59.1% no va prácticamente nunca. Basándome en estos números, y descartando el minúsculo 2.3% que practican otras religiones, los españoles se podrían catalogar en cuatro grupos:
- Un 26% de no creyentes, que incluiría a ateos, agnósticos, deístas y personas religiosas o espirituales que no se identifican con ninguna religión.
- Un 11% (15% del 70%) que practica el catolicismo, al menos lo suficiente para no romper el mandamiento de ir a misa los domingos.
- Un 42% (59% del 70%) que se define como católico pero que no practica el catolicismo. Se trata quizás de “católicos culturales”, es decir, de gente que se siente afín al catolicismo, su mitología y sus ritos, pero que no cree lo suficiente para no tener ningún problema con no ir a misa.
- Un 18% (25% del 70%) que va a misa pero no todos los domingos, incluyendo algunos que sólo lo hacen alguna vez al año.
- Si no practicas el catolicismo, di que no eres católico. Bien fuerte, que se entere todo el mundo. No tengas miedo, tienes compañía.
- Desafía sin miedo las creencias de tus amigos y familiares. Infórmate sobre las incongruencias y los puntos débiles de la fe cristiana. Un simple comentario bien dicho puede desencadenar un auténtico alud de dudas. Son creencias muy endebles, por eso han tenido que usar tanta violencia a través de la historia para defenderlas, con sus cruzadas y sus inquisiciones.
- No te cases por la Iglesia (las bodas civiles son ya el 73% de los matrimonios). Se pueden hacer rituales cantidad de bonitos en otros sitios.
- No bautices a tus hijos, ni les dejes hacer la primera comunión. Si tus hijos envidian los regalos de sus amigos que hacen la primera comunión, invéntate un ritual de madurez para ellos, regalos incluidos.
- Cuando hagas la declaración de la renta no le des ningún dinero a la Iglesia.
- No des nunca dinero a organizaciones como Cáritas que dependen de la Iglesia. Tu dinero irá a parar al bolsillo de obispos y curas, no al de los pobres. Hoy en día sobran ONGs laicas a las que contribuir que son mucho más de fiar.
- Si tienes inquietudes religiosas o espirituales, embárcate en una búsqueda personal de algo que dé sentido a tu vida. Te asombrarás de lo que vas a encontrar. En realidad, una de las peores cosas que hace el catolicismo es embotar nuestra auténtica espiritualidad con doctrinas y rituales sin contenido.
Figura 1: El número de creyentes en España ha ido disminuyendo (línea negra) mientras que el de no creyentes ha aumentado (línea gris). |
De hecho, vamos ganando la batalla. Desde 1998 el porcentaje de católicos en España ha ido disminuyendo y el de no creyentes aumentando de forma simultánea (Figura 1). El porcentaje de católicos practicantes ha disminuido de forma aún más estrepitosa (Figura 2). Pero hay veces que los cambios sociales se aceleran; se producen avalanchas de cambios masivos de opinión al romperse un equilibrio invisible de fuerzas. La misma Iglesia nos lo pone fácil con su inflexibilidad y sus ataques a nuevas pautas culturales cada vez más establecidas. ¿Quién sigue hoy en día los mandamientos de la Iglesia sobre anticoncepción?
Si te enfurece lo que ha hecho el PP con la ley del aborto, haz lo que dicen por aquí: “don’t get mad, get even” - “no te cabrees, gánales la partida”. ¡Vaciemos las iglesias! Cuando sólo queden en ellas unos pocos beatos vejestorios, los obispos se tendrán que callar la boca de una puñetera vez y nosotros podremos construir esa sociedad libre e igualitaria que ansiamos.
Es increíble ver como en este país cada día que pasa, se retrocede en el tiempo. Cada decisión que toma el Gobierno a golpe de decretazo, nos hace retroceder más de 30 años. Todos los avances logrados, la evolución, y las decisiones más justas y populares, de nuevo se guardan en un arcón. Pero vamos, al final tenemos lo que nos merecemos porque parece que esta crisis nos haya sumergido en un letargo perpetuo de tal nivel, que no somos capaces ni de seleccionar de un modo coherente a quien queremos que nos dirija.
ResponderEliminarAsí que el que quiera un repaso de Historia, aquí lo tiene, vivido en primera persona. Volvamos a los Poderes del Feudalismo!!!!!
xana, he llegado a convencerme de que lo que cuenta en realidad es el cambio social, no qué partido en particular esté en el poder. No nos podemos fiar de los políticos, aunque se definan como progresistas o de izquierdas. El PSOE mantuvo el Concordato y los privilegios de la Iglesia. Será sólo el abandono masivo de la Iglesia por parte de la mayoría de los españoles lo que termine por eliminar sus privilegios y la forma en que imponen sus dogmas. Como de costumbre, los políticos serán los últimos en reconocer los cambios sociales que han ocurrido ya. No son líderes, son borregos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con todo el artículo, pero poner de ejemplo a Estados Unidos, un país que en sus billetes imprime "In God we trust", no me parece muy acertado. Yo no me iría tan lejos y me quedaría en Francia como paradigma de estado aconfesional; ya ves, aquí al ladito.
ResponderEliminarTienes razón, Cristina: Francia es mejor ejemplo de estado laico que EE.UU. De todas formas, quise mencionar EE.UU. por dos razones. La primera es que vivo en EE.UU. y conozco de primera mano la realidad de la separación iglesia-estado en este país. Cosas que parecen completamente normales en España, como tener un crucifijo u otro símbolo religioso en tu oficina, están prohibidas aquí (si trabajas para una entidad pública). La segunda es que EE.UU. es un país enormemente religioso, más que España o Francia, y aún así se impone esa separación iglesia-estado.
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