viernes, 30 de noviembre de 2012

Poliamor



Se trata de un fenómeno social relativamente reciente, aunque lleva décadas forjándose. En Estados Unidos a saltado de golpe a la atención pública al aparecer en la popular serie de televisión Weed y en un documental de “reality TV” de la cadena Showtime titulado “Polyamory: married and dating”. Podéis ver tráileres de esa serie aquí http://www.sho.com/sho/polyamory-married-and-dating/home .
Una de las familias poliamoristas de Showtime
La sociedad en la que vivimos nos bombardea continuamente con el mensaje de que el único tipo de relación amorosa-sexual válido es la pareja monógama. La poliamoría supone un reto a esta creencia, como antes lo fueron el amor libre de los 60s, el “swinging” de los 70s- 80s y las parejas abiertas. Aunque proviene de la evolución de esas formas distintas de amar, la poliamoría se diferencia de todas ellas. El amor libre no obedecía a ninguna norma establecida y era algo más bien efímero, propio de la juventud, que normalmente acababa desembocando en la pareja clásica. El “swinging”, por el contrario, partía de una pareja que buscaba variedad y aventura a base de establecer relaciones sexuales con otras parejas, aunque a veces también con personas aisladas. Estuvo en auge al final de los 70s y principios de los 80s, y luego decayó considerablemente con el jarro de agua fría de la aparición del SIDA, que mandó a la mayoría de los aventureros sexuales a refugiarse en la monogamia. Sin embargo, se sigue practicando hoy en día, normalmente en clubes creados con ese fin expreso. Mientras que en el “swinging” la pareja suele buscar sexo actuando en forma conjunta, en las parejas abiertas cada uno se busca la vida por su lado bajo el mutuo acuerdo de dejar a un lado la exclusividad sexual y evitar los celos y las mentiras. Cada pareja abierta suele establecer sus propias reglas, los límites que demarcan lo que cada uno puede hacer. La más común de estas reglas es que no haya engaños, pero pueden llegar a ser tan restrictivas como que los actos sexuales no incluyan la penetración. Una regla que suele ser común a todas las parejas abiertas es que no vale enamorarse de otras personas. Esto también se da en el “swinging”, donde la pareja monolítica es el principio y el fin de todo. Sin embargo es difícil ponerle puertas al mar y el amor acaba irrumpiendo a la fuerza a través de las murallas de la monogamia. Y entonces, ¿qué pasa?

Lo normal es que se rompa la pareja inicial y se forme otra nueva con los recién enamorados. Pero a veces el viejo amor se resiste a morir y obliga a todos los involucrados a buscar una solución nueva. Así nace la poliamoría. Al contrario que el swinging y la pareja abierta, la poliamoría acepta, y hasta busca deliberadamente, el amor entre más de dos personas. Se puede dar incluso el caso de que exista el amor sin relaciones sexuales, aunque lo normal es que se parta del sexo para llegar al enamoramiento. La poliamoría ha llegado a formar su cultura propia, con organizaciones y sitios web donde sus adherentes se aconsejan unos a otros. Por ejemplo, en español existe http://www.poliamoria.com/ , y en inglés http://www.meetup.com/SoCal-Polyamory/about/?name=About_this_Meetup .

Una de las ideas fundamentales de esa cultura es que el sexo tiene más sentido cuando hay amor. De hecho, los poliamoristas a menudo reprochan a los “swingers” que buscan el sexo desprovisto de amor. Y a las parejas abiertas se les reprocha que son injustas con a las terceras personas con las que mantienen relaciones sexuales, ya que se las relega a un distante segundo plano emocional. 

Hay quien considera que la forma más pura de poliamoría es aquella en la que no existe una pareja nuclear, sino que consiste en un trío o una cuaterna donde todos los participantes gozan de igual estatus. El caso más común de este tipo de relación son tríos formados por un hombre y dos mujeres bisexuales, una configuración muy estable y satisfactoria para todos los participantes, pues permite a las mujeres experimentar las dos facetas de su sexualidad y al hombre satisfacer su deseo de variedad. Tan deseable es este tipo de relación que existen muchas parejas en búsqueda de una mujer bisexual para completar el trío. Pero las mujeres que cumplen los requisitos de ser bisexual, soltera y atractiva son más bien elusivas, por lo que en la cultura de la poliamoría se les ha dado el nombre de “unicornios”, el animal mitológico que es imposible de encontrar. Supongo que los tríos formados por dos hombres bisexuales y una mujer son igual de satisfactorios, pero en mi limitada experiencia parecen ser menos abundantes. De todas formas, la bisexualidad no es necesaria para la formación de un trío; existe otra configuración, llamada la V, donde una persona tiene relaciones sexuales con las otras dos que mantienen una simple relación de amistad entre ellas o ellos. 

Las relaciones de poliamoría no se suelen formar de forma deliberada, sino que suelen crecer de forma orgánica con el tiempo; por ejemplo, a partir de una pareja nuclear que pasa de la situación de pareja abierta a la adopción de uno de los amantes. Otro caso puede ser el de dos parejas que se fusionan a raíz de una relación continuada de “swinging”. Sin embargo, ahora que la poliamoría ha creado sus propias organizaciones y entorno social, cada vez existen más personas que buscan de forma deliberada este tipo de relaciones, como en el caso de las parejas cazadoras de unicornios de las que hablaba más arriba.
Cuando una relación de poliamoría se genera en torno a una pareja inicial, esto se suele traducir en una situación en que no todos los que la forman participan por igual. Aunque esto se aleja del ideal igualitario del que hablaba más arriba, a menudo es simplemente inevitable dadas las dimensiones socioeconómicas de las parejas y los matrimonios en la sociedad actual. Por ejemplo, se suele dar el caso de un matrimonio de muchos años que adopta a otra persona como amante, pero sin invitarla a vivir con ellos o a participar en su comunidad de bienes. En este caso se suele hablar de relación “primaria” - la pre-existente - y relación “secundaria” - la nueva. 

Algunas relaciones de poliamoría son cerradas, es decir, no admiten relaciones sexuales con nadie fuera del grupo. A esto se le llama “polifidelidad”. Sin embargo, como establecer una relación de poliamoría conlleva de entrada el superar el problema de los celos, lo más común es que las familias poliamoristas sean relaciones abiertas en las que se admite relaciones sexuales con otras personas. De esta forma se pueden llegar a generar estructuras complicadas que llegan a incluir a un número considerable de personas. Por ejemplo, Ana, Benito y Carmela tienen una relación en la que Carmela tiene un rol secundario, pero resulta que Carmela tiene una relación con Daniel que también incluye a Francisco, quien a su vez… A grupos así se les suele llamar “tribus”. Una mujer que conocí en una reunión de poliamorista me enseñó un diagrama de su tribu que incluía un total de 32 personas - no todas tenían relaciones sexuales entre sí, o incluso se conocían. Por supuesto, en casos así hay que extremar las precauciones con las enfermedades de transmisión sexual.

Parece que el sistema de poliamoría ha cuajado y se extiende rápidamente. Previsiblemente se enfrentará con la misma oposición por parte de grupos religiosos y conservadores con la que se enfrentan gays y lesbianas, sobre todo teniendo en cuenta el papel esencial que juegan las personas bisexuales en estas relaciones. Quizás los matrimonios múltiples están a la vuelta de la esquina. De hecho, ya se ha dado un caso en Brasil

Más información en español sobre poliamoría puede encontrarse en estos sitios: