Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia.
Después de una ruptura no hay que odiar a quien nos ha dejado, pues ese resentimiento significa que aún seguimos encadenados. Sólo la bendita indiferencia nos devuelve la libertad para amar otra vez.
Después de una ruptura no hay que odiar a quien nos ha dejado, pues ese resentimiento significa que aún seguimos encadenados. Sólo la bendita indiferencia nos devuelve la libertad para amar otra vez.
Exacto. Odiar es ya en sí una emoción, por tanto si odiamos, sentimos, y sentir significa que todavía quedan residuos de ese amor en nosotros y que aún invertimos parte de nuestro tiempo y energía en "ese amor".
ResponderEliminarLa indiferencia es la mayor distancia que mentalmente se puede alcanzar, la batalla ganada y la historia olvidada.
Besos.
Estamos de acuerdo, xana. El problema está en llevarlo a la práctica. El romper todo el contacto suele ser lo mejor.
ResponderEliminarSí, eso es otra cosa, llevarlo a la práctica. Pero al final como dice la sabiduría popular, el tiempo lo cura todo. Distancia y tiempo, eso es imprescindible, luego las ganas que uno quiera invertir en que eso suceda así. Besos.
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