jueves, 3 de noviembre de 2016

Políticos holandeses quieren prohibir la adopción internacional

Esta noticia me rompe el corazón y me cabrea... Holanda quiere prohibir la adopción internacional:

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/02/actualidad/1478106534_757402.html

¿Por qué me entristece tanto esta noticia? Pues porque hace 15 años y pico mi mujer y yo adoptamos a una bebé preciosa en China. Tenía diez meses y aún no sabía gatear, pues en el orfelinato donde la tenían no la dejaban moverse lo suficiente. No tenían bastantes cuidadoras para supervisarla. Cuando la adoptamos, en unos días aprendió a gatear, en unos meses aprendió a andar y en unos años sacó una medalla de oro en una competición nacional de gimnasia. Ahora saca sobresaliente en todo y va a estudiar medicina.

¿Qué habría sido de ella si se hubiera quedado en China? Ya os lo podéis imaginar. Ahora las parejas chinas ya están empezando a querer adoptar a niñas, pero por aquel entonces la única esperanza de esas niñas abandonadas era la adopción internacional. De otra forma se hubieran pasado su infancia en un orfelinato.

Una de las cosas que más me sorprendió al ser padre adoptivo es que haya gente que mira con malos ojos la adopción. En una de las perversiones más ridículas de lo políticamente correcto, dicen que los niños tienen que crecer en la cultura en la que nacen. Eso es lo que dicen esos politicos prepotentes en Holanda, que no han debido ver un hijo adoptivo en su vida. A mí eso me huele a racismo. A lo mejor lo que en el fondo les molesta esos políticos es que haya niños negros y asiáticos en su país de rubios.

Los niños y los adolescentes quieren vivir en la cultura en la crecen, no en la que nacen. Mi hija parecerá una preciosa chica china, pero por dentro es una chica del sur de California, como todas sus amigas. Que, por cierto, son de todas las razas. Su vida se ha enriquecido con las culturas americana, judía y española, que son las que ha absorbido de sus padres y de su entorno. Hicimos lo posible por mostrarle la cultura china, hasta la llevamos a China con once años, pero ahora pasa mucho de ella.

Es muy triste pensar en los niños que serán privados de unos padres que los quieren a causa de esta política segregacionista. Es muy duro pensar en los padres que nunca podrán tener una hija a quien amar. Que nunca tendrán la suerte que tuvimos nosotros. 

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