domingo, 22 de noviembre de 2015

No-Do: la propaganda del franquismo al alcance de todos


Desde diciembre del 2012, los archivos del No-Do están digitalizados y a disposición de todo el mundo en el sitio web de la Filmoteca Nacional. Se pueden acceder aquí:
http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/

No-Do es la abreviatura de “Noticiarios y Documentales”. Se trataba de un segmento de noticias que se proyectaba en las salas de cines de forma obligatoria antes del largometraje. El primero se lanzó en enero de 1943 y el último en mayo del 1981, pero a partir de 1976 su proyección en los cines dejó de ser obligatoria. El No-Do fue uno de los instrumentos propagandísticos más efectivos de la dictadura, dada la enorme popularidad del cine en un país en el que la televisión no apareció hasta los años 60 y distaba mucho de estar al alcance de todos. Muchos de sus segmentos estaban dedicados a ensalzar la figura de Franco. Fue así como la imagen de Franco inaugurando pantanos entró en la memoria colectiva.

Para evaluar hasta qué punto el sesgo de las noticias estaba a favor del régimen franquista y de sus aliados nazis en Alemania y fascistas en Italia, me puse a ver las noticias publicadas en el No-Do en los últimos años de la guerra. Las noticias relativas a la guerra en el Pacífico entre EE.UU. y Japón están a favor de los americanos, con algunas imágenes proporcionadas por los japoneses. Por el contrario, en el frente oriental de Europa, las noticias mienten sobre las victorias soviéticas sobre el ejército alemán. En frente occidental europeo se va pasando gradualmente de favorecer a los alemanes a celebrar las victorias aliadas. Por ejemplo…

Preparaciones al desembarco de Normandía, en los dos lados, en el No-Do del 12 de junio de 1944. No se da la noticia de la gran victoria aliada, que ya se había producido el 6 de junio. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-76/1468196/

La noticia del desembarco de Normandía se da por en el No-Do del 3 de julio. Impresionantes imágenes de los dos lados. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-79/1465413/

Victorias aliadas en Alemania. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-122/1487559/

Campos de concentración alemanes, sin mencionar a los judíos… No, se trata de “presos políticos”. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-125/1487561/

Rendición del ejército alemán en Italia. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-127/1467333/

Rendición de Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-127/1467336/

En los archivos del año 1945 no conseguí encontrar ninguna noticia del bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki.

¿Quién me puede decir lo que representan estas seis imágenes?




viernes, 20 de noviembre de 2015

Cuarenta años de la muerte de Franco


El tópico es que la dictadura del General Franco sobre España duró cuarenta años. "Los Forrenta Años”, como se titulaba una serie de libros de cómics de Forges. Por eso cabría esperar que hoy que se cumplen cuarenta años de la muerte del dictador hubiera al menos algún comentario en la prensa sobre lo lejos que ya se nos va quedando la dictadura. Pero, no, parece que los atentados de París, la crisis de refugiados de Siria y el independentismo catalán copan todas las noticias.


Ya van quedando muy pocas personas que sufrieran en su carne la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura. Somos más los que crecimos en los últimos años del franquismo y recordamos a Franco como un viejo decrépito que apenas podía hablar bien. Los símbolos del nacional-catolicismo más que miedo nos inspiraban una cierta sensación de ridículo. Pero los primeros años de la dictadura fueron un auténtico horror de fusilamientos en masa, encarcelamientos, torturas, pobreza y hambre. Por eso, me gustaría conmemorar la muerte del dictador recordando una de las facetas más horribles del principio de la dictadura: la suerte de los exiliados españoles en los campos de refugiados creados para ellos en Francia.

Además, de paso me sirve para enfocar dos temas de actualidad. El primero es el de los refugiados sirios. No nos viene mal recordar que un día los españoles también tuvimos que escapar de una guerra horrible y que no se nos acogió demasiado bien en el país vecino. El segundo tema es el del independentismo catalán. Quizás debamos recordar que fuimos todos los españoles los que luchamos a brazo partido contra el fascismo y a favor de la democracia. Madrileños, castellanos, valencianos y andaluces lucharon y murieron junto con los catalanes y los vascos. Al contrario de los que dicen algunos reinventores de la historia, el franquismo no fue español, ni madrileño, ni castellano. Franco tuvo que contratar mercenarios marroquíes y buscar la ayuda de soldados fascistas italianos y aviones alemanes para luchar contra nosotros, el pueblo español. En frente de la guerra se instaló en las puertas de Madrid, en el campus de la Complutense y en la Moncloa, en el otoño de 1936. Y Madrid, contra todo pronóstico, resistió hasta el final de la guerra, a finales del invierno del 39, cuando Bilbao y Barcelona ya habían caído en manos de los fascistas.


La última fase de la Guerra Civil empezó a finales de 1938. El Frente del Ebro, en el que los republicanos había puesto sus últimas esperanzas, se colapsó. Los franquistas ya habían conseguido llegar hasta el Mediterráneo siguiendo el Ebro y así separar a Cataluña del resto de la España republicana. A partir de ahí se movieron hacia el norte, tomando Tarragona. Los milicianos republicanos no podían resistir a un enemigo muy superior en armas y efectivos, y el pánico cundió en Cataluña. Cientos de miles de personas huyeron hacia la frontera con Francia. Aunque catalanes en su mayoría, iban acompañados de otros españoles que habían ido a refugiarse en Cataluña.

En total, se calcula que unas 460,000 personas cruzaron la frontera a Francia ese invierno. Para poner esa figura en perspectiva, pensemos que la población de España en esa época era inferior a los 20 millones de personas, con lo que los exiliados representaban el 2.3% de la población de España. Además, no era la primera vez que se producía un éxodo semejante. Refugiados españoles ya habían huido a Francia con la caída del País Vasco, Santander y Asturias. ¿Por qué huían? Por malo que fuera, vivir en la dictadura sin duda sería mejor que hacerlo en un campo de refugiados. Al principio de la guerra Franco había promulgado la Ley de Responsabilidades Políticas, con la que se condenaba a la cárcel o incluso a muerte a cualquiera que hubiera participado en el gobierno de la República o militado en un partido político o sindicato de izquierdas. De hecho, era sabido que la toma de ciudades por los fascistas iba seguida por fusilamientos, torturas, violaciones y encarcelamientos en masa. En total, se calcula que más de 100,000 personas fueron asesinadas por el franquismo después del final de la guerra. Para muchos, era exiliarse o morir.


Pero el destino de los exiliados fue muy penoso. Gobernados por la derecha, los franceses los retuvieron en campos de concentración en las playas del sur de Francia, como el de Argeles-sur-Mer que describe de forma espeluznante Almudena Grandes en su magnífica novela El corazón helado. También hubo campos de refugiados en otras localidades de Francia, donde los exiliados estuvieron años sufriendo privaciones. El gobierno francés colaboró con los franquistas para conseguir que muchos refugiados volvieran a España, donde fueron internados en “campos de purificación” de acuerdo con la infame Ley de Responsabilidades Políticas. En total, unas 280,000 personas volvieron a España; aproximadamente la mitad de los exiliados. Otros consiguieron emigrar a algún país de acogida, sobre todo Méjico, que se portó de forma ejemplar con nosotros. Unos pocos se integraron en la sociedad francesa y un número considerable murieron. El poeta chileno Pablo Neruda consiguió enviar 2,200 refugiados españoles a Chile. Al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1944, todavía quedaban en Francia 162,000 refugiados españoles, un 35% de los exiliados.


Si queréis aprender más de esta triste historia, podéis encontrar más información aquí http://www.exiliadosrepublicanos.info/es/historia-exilio .

No debemos olvidar nunca el horror que Franco, junto con sus colaboradores en las clases pudientes y la Iglesia Católica, desencadenó en España. Mientras el fascismo llegó al poder sin grandes problemas en Italia y en Alemania, casi un millón de españoles dieron su vida para luchar contra él. Quizás la memoria de este heroísmo y de nuestra determinación para seguir siendo un pueblo libre, democrático y justo debería servir para mantenernos unidos en estos momentos difíciles.



lunes, 9 de noviembre de 2015

El Muro de Palabras


Las palabras sirven para comunicarse y la comunicación es esencial en toda relación. Sin embargo, a menudo se usan como armas para atacar a la pareja o a otras personas. En mi vida me he tropezado con demasiada frecuencia con lo que voy a llamar el Muro de Palabras: una persona que habla de forma agresiva durante largos periodos de tiempo de manera que la otra persona se ve obligada a escuchar en silencio y no tiene tiempo de argüir a su favor.

Funciona de la siguiente manera. La persona empieza a hablar y no para por un largo rato, a menudo a base de dar detalles innecesarios y de repetir lo mismo una y otra vez. Si la otra persona la interrumpe, se quejará enardecidamente de la interrupción y luego continuará con su perorata. Sin embargo, usa un doble rasero en lo que concierne a las interrupciones, porque cuando la otra persona consigue finalmente abrir la boca se verá interrumpida enseguida por otra larga diatriba del que lleva la voz cantante, quien súbitamente ha sentido la necesidad imperiosa de clarificar algo que la otra persona acaba de decir. En los casos más extremos que he encontrado del Muro de Palabras, se producía algún silencio ocasional pero en el momento que abría la boca para decir algo mi interlocutor se ponía inmediatamente a hablar al mismo tiempo que yo, bloqueando lo que intentaba decir. De hecho, el Muro de Palabras puede llevar a una situación en la que los dos hablan simultáneamente, una persona intentando desesperadamente hacerse oír y la otra bloqueándola.

 El Muro de Palabras es más difícil de implementar en grupo, pero aun así he visto a una persona tomar el control de una reunión, impidiendo hablar a personas con opiniones contrarias a base de usar su autoridad como coordinadora para darse todo el tiempo de intervención a sí misma.

Quien usa el Muro de Palabras intenta, consciente o inconscientemente, bloquear la comunicación de la otra persona. No está interesado en escuchar, sólo en sermonear. El objetivo es crear un desequilibrio de poder en el que él adopta el papel de un superior sermoneando a un subordinado, como si fuera un adulto riñéndole a un niño o un jefe dándole una reprimenda a su empleado. De hecho, el contenido del discurso en el Muro de Palabras a menudo está lleno de acusaciones. Otras veces quien lo usa se presenta como víctima y el Muro de Palabras se erige bajo la excusa de defenderse contra el presunto maltrato de la otra persona. Por supuesto, puede ser verdad que hay una situación de abuso, pero la manera de evitarla no debería ser el impedirle al presunto maltratador comunicarse. En realidad, el Muro de Palabras es una forma de abuso psicológico en la que el desequilibrio de poder creado por el hecho de que una persona puede hablar y la otra no puede terminar minando la autoestima de la persona silenciada. A menudo, quien lo usa elabora una larga lista de acusaciones que la persona silenciada no tiene posibilidad de refutar. En el peor de los casos, a las acusaciones se le suman amenazas, añadiendo el miedo a las emociones negativas de la culpa y la vergüenza.

¿Qué podemos hacer cuando nos enfrentamos a un Muro de Palabras? No es nada fácil, pues el Muro de Palabras de por sí impide cualquier solución basada en la comunicación. Ahí van algunas ideas:

1. Pídele a una tercera persona que medie en la conversación. Lo mejor es que el mediador esté enterado del problema para así poder arbitrar igualdad de tiempo para hablar. Sin embargo, hay que tener en cuenta de que quien está acostumbrado a usar el Muro de Palabras intentará meter al mediador en su dinámica con protestas de que se le trata injustamente, y al final puede terminar bloqueando la comunicación del propio mediador.

2. Vete. A veces una persona usa el Muro de Palabras sólo cuando está irritada o a la defensiva. En esos casos, postergar la conversación para otro momento donde los ánimos están más calmados soluciona el problema. También puede ser que el intentar hablar con alguien que usa el Muro de Palabras simplemente no valga la pena, pues continuar la conversación en esas circunstancias es una afronta a la dignidad de la persona silenciada.

3. Pregúntate si tú eres parte del problema. Por supuesto, el Muro de Palabras es abusivo, pero a veces se puede usar como mecanismo de defensa contra algo que puedes estar haciendo tú. Obviamente ella no quiere escucharte, pero quizás lo haga por miedo a que algo que puedas decirle vaya a herirla. Aunque tú no uses el Muro de Palabras, eso no te impide soltar amenazas o acusaciones.

4. Usa una palabra de seguridad para indicarle a una persona dada a usar el Muro de Palabras que lleva hablando demasiado tiempo y que le ha llegado el turno de escucharte. Por supuesto, esto depende de que esa persona haya reconocido el problema.

5. Señala el problema diciendo “estás usando un Muro de Palabras”. A menudo el inventar un nombre para un problema ayuda mucho a reconocerlo. Palabras como “sexista”, “homofóbico” y “chantaje emocional” han funcionado muy bien como señales de situaciones de maltrato.

Si se te ocurren algunas otras soluciones, por favor indícalas en los comentarios.


sábado, 7 de noviembre de 2015

Cambio de planes

Llevo varios meses planteándome las cosas. ¿Qué es lo que quiero conseguir cómo escritor? ¿Qué es lo más importante para mí? ¿Qué mensaje quiero dar? ¿Quién quiero que me lea? ¿Cómo puedo llegar a más gente?

Es importante no quedarse estancado en la vida. Hay que aprender de lo que funciona y de lo que no funciona y cambiar de estrategia de acuerdo con eso. Y éstas son algunas cosas de las que me he dado cuenta:

  • No quiero pasarme la vida escribiendo sobre BDSM. Me atrae mucho la idea de escribir algo en la interacción entre la ciencia y la filosofía.
  • Quizás haya llegado la hora de escribir libros de ensayo y no novelas.
  • Es muy difícil promocionar libros en español viviendo en EE.UU.
  • Por el contrario, he conocido últimamente gente que me podría ayudar a publicar en inglés.
  • Los mecanismos de promoción de libros electrónicos, como Goodreads, funcionan mucho mejor para libros en inglés que para libros en español.
  • Cada vez que escribo sobre ciencia en español mi artículo tiene poco éxito. Sin embargo, si lo hago en inglés se me lee mucho y recibo muchos comentarios. Creo que el público anglosajón está mucho más interesado en temas serios que el público hispano.
  • Es una pena escribir un libro en español y después tener que decirles a mis amigos que no lo pueden leer porque sólo leen inglés. La realidad es que mi entorno social está aquí en EE.UU. y no en España.
  • Una posibilidad muy atractiva es la unir mi carrera como escritor con mi carrera científica, lo que podría hacer escribiendo ensayo sobre ciencia. 
  • Otra posibilidad en la misma dirección es escribir sobre la fisiología del sadomasoquismo.
¿Conclusión? Debería dejar de escribir en español y ponerme a hacerlo en inglés. El problema es que estoy a punto de terminar mi cuarta novela en español, Contracorriente. Incluso tengo escrita un buen trozo de mi quinta novela, Para volverte loca, y tengo planeada la sexta, Nunca podrás volver a casa. Todas son de la saga de Cecilia Madrigal, la protagonista de la trilogía Voy a romperte en pedacitos. No me apetece nada dejarlas. Estoy particularmente entusiasmado con Para volverte loca, donde tocaré dos temas que me parecen fascinantes: el uso de la llamada terapia aversiva para cambiar la orientación sexual de las personas y la pedofilia y su posible cura. Son temas que nunca se han abordado en una obra de ficción, que yo sepa, y que son tremendamente controvertidos.

Por otro lado, se me ha ocurrido una idea para un libro de ensayo (en inglés). Consistiría en explicar desde el punto de vista de la neurociencia por qué los seres humanos somos distintos de los animales, qué nos hace especiales. Lo podría titular Humans are awesome! (¡Los humanos somos impresionantes!). 

¿Qué voy a hacer? Creo que lo mejor es empezar un periodo de transición de unos cuantos años que me llevaría de escribir en español a hacerlo principalmente en inglés. O tal vez siga escribiendo cosas distintas en cada idioma. Por ahora, esto es lo que he decidido:
  • Traducir al inglés mi novela Juegos de amor y dolor. De hecho, ya he traducido tres de los nueve capítulos, o un tercio de la novela.
  • Intentar publicar la versión inglesa de Juegos de amor y dolor en una editorial americana.
  • Según el éxito de novela Juegos de amor y dolor decidir si traduzco las otras novelas o si pago a alguien para que las traduzca.
  • Trabajar sobre la versión en inglés de este blog (al que se puede acceder presionando en la pestaña "English blog"). En el escribiría más artículos sobre ciencia y menos sobre sexo.
  • En cuanto a este blog en español, pasaría a publicar traducciones de los artículos en inglés y alguno que otro exclusivamente en español, según se me vaya ocurriendo.
  • Empezar a escribir Humans are awesome!
  • Publicar Contracorriente, que estará finalizada a fin de este año. Quizás intente publicarla en una editorial. Si esto no funciona en un plazo razonable, la sacaría como libro electrónico.
  • También estoy preparando una nueva edición de Juegos de amor y dolor que tiene como novedad la inclusión de notas hiper-enlazadas con el texto. Los que ya hayáis comprado esta novela podréis bajar gratis la nueva edición.
  • Quiero publicar Juegos de amor y dolor y eventualmente todas mis novelas en papel a través de un servicio especial de Kindle. 
Claro que todo esto es super-ambicioso. Seguramente tendré que descartar alguno de estos proyectos, o reservarlos para cuando me jubile... Pero mi carrera científica va muy bien y no creo que lo haga por muchos años. En fin, ya veremos. Ojalá puediera vivir mil años para hacer realidad todos mis proyectos.